Insólito. En poco tiempo, el Directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) dio marcha atrás a la reciente decisión de considerar la afiliación voluntaria sobre la base del salario básico.
La medida empezó a aplicarse en una entidad autónoma que cuenta ya con más de cuatro millones de afiliados y que ha visto multiplicarse sin medida las prestaciones. Su costo podría haber puesto en problemas al sistema de seguridad social del país.
En una cadena sabatina reciente, el Presidente hizo poner a las autoridades las barbas en remojo sobre el tema cuando dijo: ‘Por servir podemos irnos más allá de la capacidad del IESS, y tener un déficit actuarial y un déficit en los servicios de salud’. El Presidente tiene razón. Esa saturación de demandantes de atención médica hizo que la infraestructura colapsara. Varios reportajes que publicó Diario EL COMERCIO lo hicieron notar.
La nueva decisión distingue la afiliación voluntaria para los ecuatorianos en el exterior de la afiliación obligatoria (ya no voluntaria) de las personas que trabajen por cuenta propia, pero ya no con el cálculo en función de su salario básico, sino en una cifra que se calculará en función de sus ingresos. Este último es un tema que causa escozor entre los profesionales que no tienen ingresos fijos y que han optado por servicios privados.
La marcha atrás es una manera de rectificar. También muestra la forma ligera con que se toman decisiones, seguramente con la buena fe de dar prestaciones, pero con medidas que podían condenar al IESS a una muerte segur a.