La madrugada del sábado, la población esmeraldeña de San Lorenzo fue sacudida por una explosión. 28 heridos, destrucción y pánico es el saldo del acto terrorista.El miedo se apoderó una vez más de una población donde el sicariato y la acción de los ilegales suelen ser moneda común.
El Gobierno reaccionó con la declaratoria del Estado de Excepción. Sobrevinieron medidas de resguardo fronterizo en medio de una topografía compleja por la vegetación y por los habituales pasos clandestinos.
Para el gobierno se trata de un acto terrorista a cargo de narcotraficantes. El Fiscal ofreció investigaciones y el Presidente, la fuerza del Estado para preservar el orden.
Los pobladores saben que es una zona conflictiva, pues se trata de un sector fronterizo con accesos fluviales donde las actividades al margen de la ley son habituales. En a zona, el narcotráfico, la minería ilegal y la presencia de grupos armados criminales no son recientes ni asuntos fáciles de combatir.
28 heridos (24 civiles y 4 policías), 105 inmuebles afectados, unos tantos con destrucción total, son el saldo físico. Pero el temor, la principal consecuencia de los actos de terrorismo, ha hecho presa de la vulnerable población.
En el comando policial operan 180 uniformados. La guarnición se redoblará. El país exige una investigación seria y capturar a los culpables, sobre los que aparentemente hay varios indicios.