Petroecuador ha alcanzado récords mundiales: cada 51 días produce un derrame de combustible. La Refinería Esmeraldas, bajo estricta administración de “El Ecuador de Piedra”, ha logrado contaminar ríos, esteros, manglares, tierras productivas el 6 de febrero, el 31 de marzo y el 10 de julio de este año. Su regularidad es asombrosa. Derrama aceites, productos livianos y fuel oil. Su variedad es excepcional. A veces son cientos de galones, otras miles de barriles. Las cantidades que sean necesarias para vaciar piscinas o colectores saturados.
No importa lo que pase con los ríos Taone y Esmeraldas. No interesa que peces y camarones desaparezcan y se afecte la pesca. Qué importa que se impregne de petróleo las raíces de los mangles y los lechos de los ríos. A quien le interesa que humildes trabajadores se queden sin sustento porque la arena que extraen para la construcción está embadurnada de crudo. Los efectos en la salud de unas 1000 familias que viven a lo largo del Taone y que sufren la pestilencia del río es problema de ellos.El Ecuador de Piedra mantendrá sus políticas de manejo ambiental, pagará los 48 000 dólares de multa que le ha impuesto el severo Ministerio del Ambiente y las cosas seguirán igual.
En 51 días tendremos un nuevo derrame y se mantendrá el índice y el récord petroecuatoriano.
¿Hasta cuándo vamos a tolerar esta irresponsabilidad absoluta? El Ecuador de Piedra ha contaminado, en sus 40 años de existencia, todas las regiones en las que está activo. En Esmeraldas ha habido descargas al mar en la estiba de petróleo de exportación y los ya consabidos derrames de la refinería.
A lo largo de todo el oleoducto ha habido miles de roturas y graves alteraciones al ambiente. En las zonas de explotación, la contaminación por descargas de aguas de formación son horrorosas.
Se mantiene en silencio el estado crítico de contaminación de cientos de pozos administrados por el Ecuador de Piedra en la zona de Shushufindi que requiere de una urgente intervención. Un reciente estudio demanda la inversión inmediata de 10 millones de dólares para resolver casos tan críticos como el sector de Pompeya que vierte miles de metros cúbicos de aguas de formación a las lagunas, esteros, sin que ningún petroempleado o petroministro se inmute por el tema.
Por eso es que los ciudadanos conscientes de este tema nos preocupamos tanto cuando el Ministro de Recursos No Renovables sugiere que el Ecuador de Piedra entre a desarrollar los campos 31 y las dos tes del ITT.
El historial de Petroecuador no garantiza sino una enorme regularidad en producir derrames petroleros.
¿Tomará en cuenta estos hechos el Ministerio del Ambiente cuando, presionado por el Ejecutivo, tenga que dar el sí a la explotación del campo Armadillo?