El poder, en el Ecuador y en cualquier parte del mundo, y en todas las épocas, inventa ficciones, tradiciones y realidades, para lograr legitimidad, identidad y más poder.
“Nada parece más antiguo y relacionado con un pasado inmemorial que la pompa que rodea a la monarquía británica en sus manifestaciones ceremoniales públicas. Sin embargo,… en su forma moderna tal boato es un producto de finales del siglo XIX y del siglo XX. Las “tradiciones” que parecen o reclaman ser antiguas son a menudo bastante recientes en su origen, y a veces inventadas”, señala Eric Hobsbawm , uno de los más importantes historiadores del siglo XX.
Por voluntad del poder, la fábula deja de ser fábula para convertirse en historia; el pillo se convierte en mártir, santo o héroe. Las derrotas aparecen como triunfos. El fracaso es “la década ganada”. El robo es transformado en “consultoría”. La represión en orden. El país consumista y primario exportador es el “jaguar de América”.
El poder utiliza y se nutre de la mentira. Sin embargo, las ficciones, a través de sofisticados mecanismos de propaganda y del sistema educativo, se transforman en realidades. Con el venir del tiempo todos, unos más otros menos, aceptamos y convivimos con la mentira. El cuento se interioriza, y se transforma en uno más de los elementos que conforman nuestra cotidianidad. Dejó de ser fantasía, para ser realidad.
El correísmo en la última fase de gobierno, a pesar de las evidentes señales de una galopante crisis económica, la negó. Y con propósitos electorales incluso llegó a afirmar que, si algún momento hubo problemas debido a la baja de precios del petróleo, tal situación había sido superada, a tal punto que se estaba en el 2017 en una fase de plena recuperación. En la práctica, Correa pateó la crisis para adelante, a través de tapar los inmensos huecos con una creciente y descomunal deuda externa. Se creó la ficción de un país estable: “la mesa servida”. Con esta carta AP pudo conquistar muchos votos en el proceso electoral.
Algún momento las ficciones se hacen trizas por el cambio en las relaciones de poder y por el indetenible avance de factores de tipo estructural. El presidente Moreno, por responsabilidad con él y con el país, no podía detener la montaña de evidencias respecto a la corrupción, y al estado de la economía.
Se reconfigura el poder político en medio de una fuerte lucha. Las grandes fábulas montadas por Correa, se caen con los respectivos costos. Se cuartean los mitos y también sus operadores. Por ahora, el terremoto llega al Vicepresidente. Ya mismo llegará a Bélgica.
Salen a flote verdades represadas y purulencias. Se cuartea “estabilidad”. Los choferes quieren aumento de pasajes. Paro. La burbuja se rompe. La gente empieza a vivir otra realidad. ¡Hola realidad!