Finalmente, el “nuevo” Ollanta Humala fue aceptado por el vecino Perú y ahora el hombre está feliz, viajando por los países sudamericanos y pidiendo tranquilidad al mercado. Para comenzar el periplo escogió al Brasil, el país de su “modelo”, Lula. Visitará también al presidente Piñera de Chile, quien se ha corrido unos centímetros al centro, y más tarde estará en la Venezuela del Coronel Chávez, su estimado padrino cuando hace cinco años perdió en las urnas frente a un Alan García en pos de reivindicación.
Resultó interesante el “caso Humala” pero no es único ni nuevo. También el famoso Lula cambió de tono para ganar. Falló tres veces como rojo y, finalmente, triunfó como rosado. Gobernó apoyando a sus amigos naturales, los pobres, pero también tuvo buenas relaciones con los empresarios, a quienes miró, entre otras cosas, como forjadores de empleo. Esas historias le contó a Ollanta Humala, quien –ni tardo ni perezoso- transmitió el mensaje a sus votantes.
Menos mal que, entre otros, le creyeron los liberales Vargas Llosa y el ex derechista Alejandro Toledo y le aceptaron los humalistas del 2006 y un buen número de nuevos. Para ello dio algunas razones. Por ejemplo, que el Perú está aceptablemente bien porque Alan hizo lo contrario de las barbaridades de su primer período. Lo que corresponde ahora es mejorar el reparto de la riqueza y dar atención a los temas sociales. Es decir, hay margen para trabajar con esquemas progresistas, sin provocar miedos innecesarios. El sismo económico del primer día bajó de nivel y ahora hay expectativa por la forma en que el ex rojo Ollanta cumpla sus ofertas.
Por si acaso, hay otros casos en la región. El propio Chávez –ex modelo de Humala- ha bajado de tono. Ya no exalta las expropiaciones y mantiene buenas relaciones con el gobernante colombiano Juan Manuel Santos. ¿Cómo así? Porque hace méritos para ganar las elecciones del 2012 y sumar 20 años en el poder. Ya no tiene un 70% de aceptación sino solo el 49% -por 46 de la oposición-, aunque sigue de aspirante porque no surge un rival claro. A su vez, Santos muestra un estilo propio, poco uribista, y el dúo colombo-venezolano sigue funcionando. Entre otros “rosados” pueden ser incluidos el uruguayo Pepe Mojica y el ardoroso paragua Fernando Lugo. América del Sur dio un paso más hacia la izquierda con Ollanta Humala, pero con la promesa de no avanzar por senderos de extremismo y cumplir las ofertas de campaña.
El chisme peruano. Luego de la interesante jornada electoral última, Ollanta Humala ofreció, entre otras cosas, no buscar la reelección en el 2016. Doña Seiko Fujimori sonrió luego de dar un beso más al triunfador y le vino a la mente una nueva candidatura. Pero un chismoso llamado Alejandro Toledo salió a decir que Ollanta ya tiene una candidata lista: su guapa esposa Nadine Heredia.