Mientras continúan en Siria las protestas políticas, crece la preocupación por la situación económica.
“La crisis financiera mundial tuvo un impacto moderado en Siria”, dijo a IPS el economista local Samir Seifan. Pero ahora, con la inestabilidad política, “la gente solo gasta en artículos básicos, lo cual hace a la economía más pequeña. Las inversiones extranjeras y locales también tambalean debido a la incertidumbre”.
El Instituto de Finanzas Internacionales, asociación mundial de entidades financieras, con sede en Washington, pronosticó que la economía siria se contraería tres por ciento este año como consecuencia de las protestas pro-democráticas y la crisis política, que ya lleva 100 días.
Compañías internacionales han perdido interés en Siria debido al conflicto interno. La empresa estatal qatarí Diar suspendió dos proyectos, uno en Damasco y otro en la costa mediterránea.
Mientras, la Compañía de Electricidad y Agua de Qatar demoró la construcción de dos plantas de energía en Siria, como parte de un proyecto por 900 millones de dólares. Además, otro por 500 millones de dólares, de la firma Emaar Properties y del Gulf Majid Al-Futtaim Group, también fue suspendido.
Las sanciones internacionales impuestas a varios miembros del régimen también preocupan a la población, dijeron analistas a IPS a condición de mantener el anonimato. “Esto sin duda afectará el nivel de inversiones extranjeras directas (IED) en el país”, explicaron.
Como resultado de la disminución de las IED, hay una pérdida de confianza en la libra siria, que ha tambaleado desde el comienzo de las protestas.
“El Banco Central de Siria se vio obligado a elevar las tasas de interés sobre los depósitos bancarios de 7 a 9% a comienzos de mayo”, dijo a IPS el economista Nassib Ghobril, del Banco Byblos en Beirut, institución libanesa con subsidiarias en Siria.
“La libra siria perdió alrededor de tres por ciento de su valor en el mercado oficial”, antes de que interviniera el Banco Central con algunas medidas financieras, como prohibir el retiro de montos superiores a 5 000 dólares y aumentar los intereses de los depósitos, explicó Seifan. Sin embargo, la depreciación de la moneda habría llegado a 17% en el mercado negro.
Banqueros también señalaron haber detectado una fuga de capitales en los últimos dos meses. Se habría retirado el equivalente a 680 millones de dólares de entidades privadas.
Las cosas empeoraron cuando el presidente Bashar Al Assad alertó la semana pasada un colapso económico. “Esto afectó a la bolsa, que ha caído desde entonces”, dijo Jihad Yazigi, editor en jefe del periódico en Internet ‘The Syria Report’, redactado en París.