1. ¿Qué beneficios puede traer el acuerdo con la Unión Europea y cómo potenciar ese mercado para las exportaciones?
Es la puerta de lo que ojalá sea una nueva política comercial del Ecuador con el mundo. El mercado europeo es muy importante, pero no es el único. Por lo tanto, el Gobierno deberá iniciar sus negociaciones con otros países y regiones en las cuales ya hay presencia de productos nacionales o, pueden ser nichos de valor futuro.
Asia, Norteamérica, Centroamérica, Australia, Nueva Zelandia son ejemplos de zonas con atractivos elocuentes. Con su asociación, el Ecuador puede pasar de ser un proveedor de materias primas, frutas o productos industriales de elaboración básica, a explorar un mundo de oportunidades incalculables, entre las cuales existe una variedad enorme de bienes que podrían ser elaborados bajo condiciones de eficiencia y competitividad. Sobresale la fabricación de partes y piezas de complejidad superior, para lo cual se requiere la participación en productos cuyos componentes son complementarios en la formación de un bien de uso final.
Esta forma de interdependencia económica y tecnológica demanda una clara disposición de respeto del comercio justo con reglas estables. Es, por lo tanto, el camino por el cual muchos países emergentes lograron construir mejores niveles de bienestar y conformar la nueva médula del comercio mundial. Por algo ahora el 75% del crecimiento del mundo lo explican los países emergentes. Dicho lo cual, cae como fruta madura la conclusión de que la autarquía o el proteccionismo no resuelven los problemas de la gente.
Ahora bien, el país todavía está muy lejos de alcanzar aquello que lo lograron quienes advirtieron a tiempo la fuente del desarrollo. El atraso incurrido va a ser costoso. Además, debe primero concluir el trámite de aprobación del acuerdo con los europeos y para ello cuidar que todo ese largo listado de proyectos económicos que tiene en carpeta no violen las normas comprometidas, en especial aquellas relativas a los temas de mercado, competencia, libertad de comercio, transparencia, división de poderes, separación de las funciones de control con las ejecutivas.
2. ¿Qué significa que el Ecuador vaya a crecer el próximo año más que el promedio de la región, según el FMI?
Bajo esa perspectiva general, el resultado esperado aparece satisfactorio. Sin embargo, hay varios factores a tomarse en cuenta para una evaluación más certera: primero, que el promedio de crecimiento estimado por el FMI y el Banco Mundial es del 2.2% (uno de los más famélicos de los últimos 12 años) y se halla fuertemente afectado por los malos resultados de algunos países grandes de la región, entre los cuales se destacan Brasil (0.5%), Argentina (-1.5%) y Venezuela (-2.9%). Segundo, que al eliminar de los cálculos estos tres casos problemáticos, el promedio ya no luce tan magro: 4%. En ese caso la estimación de Ecuador es muy parecida a México, Colombia, Bolivia que lo harán dentro de ese nivel, mientras Panamá puede llegar al 6.4%, Perú el 5.5%.
Tercero, en esta proyección con seguridad no se contempló el efecto de la caída del precio del petróleo, que sin duda agravará los resultados de la evaluación de Venezuela e impactarán de manera directa a México, Colombia, Bolivia y Ecuador. En estos casos, la capacidad de reajuste, la disponibilidad de fondos de estabilización, el acceso a los mercados crediticios, marcará la ruta de cada uno de ellos.
3. ¿Cuáles son sus principales preocupaciones ante la aprobación de la Pro forma presupuestaria?
En su orden podrían ser: el precio del petróleo cuya diferencia entre el presupuestado y el actual ya supera los 10 dólares por barril; las estimaciones excesivamente optimistas de los ingresos tributarios que crecen más del 8% en promedio para un futuro inmediato con interrogantes de fondo, especialmente derivadas de las restricciones producidas por el efecto petrolero, frente al 5% de este año; el monto de los ingresos no tributarios con una expansión del 64% frente a la contracción del 3% del 2014; la subestimación de varios gastos entre los cuales el Bono de Desarrollo Humano aparece muy disminuido; el monto de intereses luce insuficiente en por lo menos 300 millones; y, para concluir esta rápida mirada, dentro de los gastos generales, el monto de sueldos que sólo crece en el 3.5% en comparación con el casi 7% del año en curso. Situación que dependerá de la decisión de aumento salarial que tome el Gobierno a fin de año y de las creaciones de puestos que se ejecuten a lo largo del próximo ciclo fiscal.
4. ¿Cómo financiar el déficit fiscal?
Esta pregunta ya la atendimos en la columna anterior. El Gobierno espera conseguir 7 200 millones de dólares en créditos internacionales y 1 600 millones en recursos nacionales, con los cuales teóricamente cubriría la brecha financiera inicial del presupuesto del 2015, de 8 800 millones de dólares. ¿Lo podrá hacer?
No es una tarea sencilla ni van a ser recursos baratos. En realidad, el país está pagando caro la declaración unilateral de deuda ilegítima, pues las condiciones de los créditos conseguidos con posterioridad, incluidos por supuesto los chinos, han sido honerosos. Atípicas. Fuera de mercado. Ahora, con la perspectiva de pérdida de ingresos por la depresión del precio del petróleo, estas se volverán más duras aún.
De todas las declaraciones oficiales y las reformas legales hechas, el Gobierno se prepara para intensificar el uso del ahorro privado para financiar el presupuesto. Ya anuncia restricciones crediticias del Biess sin que haya mediado alguna circunstancia especial que lo explique, con lo cual aparece la pregunta sobre el destino que tendrán las disponibilidades provenientes de los aportes recibidos por el IESS. Además, el Código Monetario abre la puerta al BCE para que pueda comprar papeles públicos.