El manejo de la economía en el Ecuador no termina por convencer. El ministro de Finanzas, Carlos de la Torre, ha anunciado varias medidas. Sin embargo, en lugar de generar mayor confianza en los agentes económicos, siembran incertidumbre y desconcierto.
Incertidumbre y desconcierto porque buena parte de las medidas que ahora está tomando el gobierno no responden al pedido de los agentes económicos que participaron en las mesas de diálogo promovidas por el presidente Lenín Moreno. Al contrario, responden en gran medida a los problemas de desfinanciamiento y déficit fiscal que tiene el Estado. De ahí que buena parte de las acciones que ahora está tomando el gobierno no estén enfocadas a cómo reactivar y potenciar a la economía sino a cómo extraer más recursos de la economía para pagar el elevado gasto público.
La “Ley Orgánica para Impulsar la Reactivación Económica del Ecuador” que está en discusión en la Asamblea Nacional cumple este cometido al que hago mención. Cargar con más impuestos y gravámenes a los agentes económicos. Son 21 artículos con cerca de 45 reformas de carácter tributario, financiero, aduanero, etc.
Vean lo contradictorio. En lugar de bajar impuestos para que los agentes económicos puedan dinamizar la economía a través de la inversión y el consumo, el ministro de Economía plantea subir el impuesto a la renta (IR) para las empresas grandes (o sea, las que en su mayoría sí pagan impuestos) del 22 al 25%, imponer un recargo para los retiros en efectivo mayores de USD 4000, modificar la base imponible para el pago del impuesto a la renta de las personas naturales (se modifica en función de las cargas familiares y se incluye ahora a la decimotercera remuneración para quienes ganen más de USD 3 700), aplicar una Tasa de Control Aduanero (lo equivalente a las salvaguardias) a los productos importados, entre otros.
Se disfraza de manera engañosa esta ley incluyendo aspectos como: exoneración del IR a las micro y pequeñas empresas durante 2 años, deducción extra de hasta el 10% de los consumos realizados en bienes y servicios por parte de las empresas de economía popular y solidaria o devolución del Impuesto a la Salida de Capitales (ISD) a los exportadores cuando sea para la importación de materias primas, insumos y bienes de capital. Sin embargo, estas deducciones son marginales frente a los recursos que va a obtener el Estado.
Llama la atención que en lugar de bajar el gasto público, éste en algunos rubros aumente. Para 2018 hay un incremento del gasto corriente en un 9%, en gastos de bienes y servicio de consumos en 28,5%, en otros gastos corrientes en 35,3%. Hubiera preferido que el gobierno baje el gasto y no tener que subir más los impuestos y seguramente a contratar más deuda pública.
Estas medidas propuestas por el gobierno tienen una función netamente recaudatoria. No van a servir para “Impulsar la Reactivación Económica del Ecuador”.