Se observa que, con suma facilidad, se extiende la idea de que el consumo de marihuana debe ser permitido.
Aparte de emitir opinión favorable o desfavorable sobre esta tendencia, vale la pena que los jóvenes se informen de sus efectos.
Las drogas se clasifican en grupos: estupefacientes, sicotrópicos, inhalantes y volátiles.
El consumo de marihuana corresponde a los sicodislépticos, que producen fenómenos mentales anormales, como también alteraciones de la sensopercepción, del humor y la conciencia, igual que sus parientes el LSD, la mescalina, los hongos alucinantes y el alcohol, según explica el general de Policía, hoy en servicio pasivo, Dr. Homero López Espinosa, quien desempeñó la Jefatura de la Oficina Central Nacional de Interpol y acumuló experiencias invalorables en el campo de las drogas en nuestro país.
En su obra, intitulada ‘La droga; los estupefacientes en el Ecuador. Consumo, tráfico y control’, este profesional que alcanzó la máxima jerarquía de la institución policial advierte que la marihuana causa graves perjuicios en la sexualidad. “En seis de los 11 casos, la proporción descendió hasta convertir a los hombres en estériles clínicamente”. Añade: “La irritabilidad y la agresividad hacen del adicto a la marihuana un delincuente en potencia y, en efecto, sus manifestaciones de conducta así lo han demostrado”.
Acudiendo a estudiosos internacionales de Estados Unidos, Francia y México, se alinea para advertir lo que sigue: “Para concluir este análisis del uso abusivo de la marihuana, anotaremos que otro grave peligro es el de constituir el paso inicial en la trágica carrera de la fármaco dependencia, ya que según las encuestas realizadas por institutos especializados, los consumidores abusivos de marihuana muestran tendencia a experimentar y consumir drogas más fuertes, anfetaminas, barbitúricos, opio y heroína”.
De tal manera que los efectos anteriores de euforia, estados placenteros, tienen un precio: daño a los sistemas enzimáticos del cerebro, con una serie de alteraciones bioquímicas que, poco a poco, van alterando las funciones cerebrales, afirmación esta del médico mexicano José Carranza Acevedo.
No porque en “otros países” acepten el consumo de marihuana como procedente, en el Ecuador debemos seguir semejante admisión.
Si la marihuana es el paso previo a la cocaína, debemos darnos cuenta que los mercaderes de la enfermedad y la muerte, no tienen reparo en vender, por intermedio de personas inconscientes, droga en los colegios, provocando hábito anticipado a toda una generación juvenil que, al cabo de pocos años, por el consumo acabarán su vida útil, la economía y la paz de sus familias.
El consumo de drogas es un método lento de degeneración de la salud humana y de cercanía a la muerte temprana. No debemos ceder un ápice a favor de esta tendencia.