Apenas dos días después de su posesión como el presidente número 45 de la posesión presidencial, Trump creó su primer escándalo. Se inventó que la asistencia a su inauguración había sido multitudinaria, como nunca antes en la historia (típica hipérbole tratándose de él), aunque circularon fotos y videos que demostraban exactamente lo contrario. ¿Qué hizo? Insistió que la prensa es corrupta y mentirosa, que sólo quiere humillarlo y que todo lo que hacen es #Fakenews, es decir noticias falsas. La prensa era el problema no él. Por cierto, a todos quienes le critican los llama “odiadores”. ¿Dónde han escuchado esto antes?
Pasó la primera semana de su gobierno peleándose con México, humillando a su presidente Enrique Peña Nieto y firmando una serie de decretos presidenciales para crear la imagen de que está cumpliendo sus ofertas de campaña sin demora. En muchos casos, esos decretos no fueron –como dijo alguien- más que tweets extendidos y firmados. No pueden ejecutarse sin que el Congreso lo apruebe o establezca una partida presupuestaria. En este caso están el famoso muro y un tratado internacional ratificado como el TLC de América del Norte. No obstante, para el final de la primera semana, ya había logrado causar mucho dolor.
Firmó un decreto prohibiendo la entrada a EE.UU. de gente proveniente de siete países del Medio Oriente, aduciendo que quiere eliminar la entrada de terroristas en el país. Dado que el poder Ejecutivo era el encargado de cumplir el decreto, éste tuvo efecto inmediato deteniendo la entrada de miles de personas, algunas de las cuales tenían incluso tarjeta de residencia o habían servido en las guerras de Iraq o Afganistán. Por suerte, cientos de abogados y defensores de derechos humanos pusieron demandas judiciales que llevaron a sendos jueces, el último de ellos, el juez noveno del Circuito Federal de Washington, a declarar el decreto inconstitucional. Trump no se allanó a la justicia.
Calificó a los jueces que le dieron la contra de “supuestos jueces” y amenazó de llevar la querella en la Corte Suprema. ¿Le suena esto familiar?
Como cereza al pastel, Melania Trump acaba de demandar por USD 150 millones al periódico inglés Daily Mail por supuestamente “afectar su honra” y hacerle perder millones en su marca.
Los abogados de su esposa incluso han usado los mismos argumentos que los abogados de Correa usaron contra Diario El Universo. Ahora sí, todo está claro. Seguramente Trump tomó clases con Rafael Correa sobre cómo gobernar, destruir a la prensa y salirse con la suya vía decreto. Las tácticas son tan similares, hasta las acusaciones a la prensa y a los jueces independientes que casi parecen haber usado un traductor de Google.
Tres semanas de Trump en el poder y ya el presidente Correa pueden demandar pagos de copyright a Trump por haberse apropiado de sus estrategias sin el debido créditos a las fuentes. Ahora sí que Ecuador puede reclamar su #liderazgoglobal, al menos en caudillismo.