DON BURRO

El fallido lanzamiento de la candidatura de Don Burro para asambleísta ha hecho reír a muchos, pero yo creo que es algo muy serio. Me explico.

De acuerdo con la ley, los mayores de 18 años tenemos la obligación de votar y el derecho a ser candidatos a cualquier dignidad, con pequeños requisitos en cuanto a edad y preparación académica.

Cuando la opinión pública, en ocasiones ha objetado la candidatura para participar en las próximas elecciones, de una persona vinculada con el deporte y/o la farándula, los aludidos se han defendido diciendo que tienen el derecho a ser candidatos...

Y están en lo correcto. Claro que tienen ese derecho. Ahora bien, nosotros los electores, también tenemos el derecho y aún la obligación de rechazarlos (no votando por ellos). Así por ejemplo, si el mejor arquero del fútbol ecuatoriano se postulara para Alcalde de Quito, desde luego que estaría en su derecho de hacerlo, pero sería cosa de locos votar por él, si lo que queremos es una ciudad en marcha.

Igual sería si es que nomináramos al ‘Corcho’ Cordero para representar el país en la carrera de los 400 metros vallas de los Juegos Olímpicos. A ningún plomero honorable se le ocurriría solicitar un empleo como neurocirujano al igual que a ningún panadero honorable se le ocurriría presentarse como aspirante a profesor universitario de física cuántica.

Volviendo al tema las elecciones de febrero, si, hipotéticamente, Don Burro tuviera el derecho a ser candidato a asambleísta, me pregunto, ¿quién sería más burro, Don Burro o los que votan por él?

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