@VicenteAlbornoz
Definitivamente el Gobierno no quiere que la economía se desdolarice y va a hacer lo todo lo posible para impedirlo. Hay dos razones que permiten afirmar esto: la impopularidad del evento y la autoestima del Presidente. Pero tampoco es un Gobierno dispuesto a ceñirse a las reglas que hacen a ese sistema realmente creíble. Cuál es la alternativa: armar una camisa de fuerza que mantenga a la economía dolarizada, incluso en momentos en que podría hacer agua.
Lo ideal para que un sistema como este sobreviva en una economía libre es crear fondos de ahorro para que los agentes económicos sepan que el país puede soportar sin problemas cualquier shock. Y para tener fondos de ahorro se requiere superávits fiscales, es decir, que el Gobierno gaste menos de lo que tiene.
Habría mejores perspectivas aun si se cuidara la evolución salarial para evitar que el país pierda competitividad internacional. Obviamente también habría que evitar que la tramitología y el exceso de regulaciones complique a las empresas y habría que precautelar el ingreso de los productos locales a los mercados internacionales (o sea, tener tratados de libre comercio).
¿Pero qué pasa si, por un tema ideológico, todo lo anterior es visto como “perverso” y por lo tanto no se lo quiere implementar?
Pues hay dos opciones: cambiar de sistema monetario o quitarle a la economía un pequeño pero importante adjetivo que aparece en el segundo párrafo: “libre”.
Pero si se llega a cambiar el sistema monetario la popularidad del Gobierno se esfumaría y el Presidente pasaría a la historia como “aquel que desdolarizó”, algo que su autoestima no puede permitir. Por lo tanto, la única opción que queda es limitar la libertad económica de los agentes.
Los fondos de ahorro son necesarios para que la gente confíe en la economía y no saque su dinero al exterior en caso de un ataque de desconfianza. Pero algo de eso también se puede lograr dándole al Banco Central el monopolio de las transferencias al extranjero. No es lo mismo ni es igual, pero puede ayudar a contener alguno que otro susto.
Una balanza comercial positiva se podría alcanzar si el gasto público no fuera tan alto y si los exportadores ecuatorianos tuvieran un mayor acceso a los mercados internacionales (más TLC). Pero ante la ausencia de eso, una opción es limitar las importaciones. Claro que no es lo mismo, pero a falta de otra opción.
Endeudarse puede ser una buena medida en un momento de emergencia. Lo ideal es ganarse una buena reputación como deudor para que en el momento crítico haya alguien que esté dispuesto a prestarnos. Pero ante la ausencia de una buena reputación, se puede tratar de tomar control de otras fuentes potenciales de financiamiento (la liquidez de los unos o los fondos de los otros). En resumen, no, no nos van a desdolarizar.