En debates, tertulias y artículos científicos, los activistas por la no discriminación racial en Cuba lamentan que ninguno de los proyectos para barrer con esa situación cuente con estatus de organización no gubernamental (ONG).
Pero, al mismo tiempo, solo dos de estas iniciativas ciudadanas aseguraron que en algún momento remitieron sus proyectos al Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia, que otorga la personalidad jurídica necesaria para el pleno ejercicio.
La Cofradía de la Negritud (Coneg), que desde 1998 trabaja para concienciar sobre el agravamiento de la desigualdad racial en Cuba y promover el empoderamiento de la población negra, remitió hace alrededor de ocho años la solicitud de inscripción a la cartera de justicia, indicó Norberto Mesa, su primer cófrade. “Entonces la funcionaria a cargo nos explicó que no procedía porque nuestros propósitos no estaban contemplados en la ley (de Asociaciones, vigente desde 1985). Incluso nos aconsejó que esperáramos por la aprobación de una nueva legislación”, abundó Mesa. El coordinador de la Coneg contó que se asesoró luego con juristas, quienes le explicaron que su actividad estaba amparada en la Constitución aunque careciera de los beneficios del registro legal. La Coneg organiza debates, conmemora públicamente hechos y personalidades afrocubanas olvidadas y emite el boletín electrónico Desde La Ceiba. Aun así, la ONG considera que la ausencia de personalidad jurídica le resta legitimidad ante las instituciones. “Nunca obtuvimos respuestas a las cartas abiertas que dirigimos a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la Central de Trabajadores de Cuba y las direcciones de varios órganos de prensa”, apuntó a título de ejemplo el cófrade Tato Quiñones.
Este país insular caribeño tiene 11,2 millones de habitantes, de los cuales 64 por ciento son personas blancas, 26 por ciento mestizas y nueve por ciento negras, según el último censo de 2012, según datos del censo de 2012.
Análisis internacional
Ivet González/ International press