Hace pocas semanas acaba de publicar el ex presidente de la República, Osvaldo Hurtado, el libro ‘Dictaduras del siglo XXI’. Sin el afán de polemizar pero con el interés de contribuir al debate que en América Latina se hace sobre la democracia quisiera mencionar algunos elementos fundamentales.
Hurtado hace un análisis de los gobiernos bolivarianos, principalmente de Venezuela, Bolivia y Ecuador, a los cuales les cataloga como dictaduras y sistemas políticos contrarios a los principios democráticos.
En primer lugar hay que mencionar que no se puede utilizar como equivalentes los términos mandatario, gobierno, régimen y sistema político. El hecho de hacerlo sin antes establecer claramente las diferencias, lleva generalmente a conclusiones poco consistentes.
En segundo lugar, aunque Hurtado tiene razón al afirmar que los “mandatarios bolivarianos conformaron sistemas políticos contrarios a los principios democráticos” esto tampoco es argumento para concluir que estos regímenes políticos sean considerados como dictaduras. De otro modo, Simón Pachano sostiene en un libro publicado recientemente sobre ‘Calidad de la democracia e instituciones políticas en Bolivia, Ecuador y Perú’, que “un régimen que no sea autoritario no indica tampoco que se necesariamente democrático”.
Si uno revisa los trabajos académicos que se han generado recientemente en el ámbito de la ciencia política se observa que esta caracterización de regímenes democráticos y autoritarios (dictatoriales) corresponde al pasado. No es que las cosas sean blancas y negras, sino que hay un espacio de “grises” donde se puede ubicar una determinada realidad política. Por ello, más allá de la teoría de las transiciones que marcaban la pauta de un proceso progresivo de menos a más democracia, lo que se aprecia hoy en día son regímenes que evidentemente muestran avances y otros pronunciados debilitamientos. Esto significa que en realidad hay un espacio amplio para ubicar el estado de una democracia.
En el ámbito de estudios de “calidad de la democracia” lo que se hace es analizar una serie de atributos que pueden tener los diferentes regímenes políticos con el fin de determinar si estos cumplen con requisitos básicos de democracia. Por lo general, el punto de partida es el concepto procedimental de Dahl el cual pone énfasis en los siguientes aspectos: elecciones libres, inclusión electoral de la población, garantía de derechos civiles y políticos y existencia de control civil de los gobernantes.
Por consiguiente, aunque los regímenes bolivarianos no cumplen plenamente con ciertos elementos procedimentales, no puede por ello calificarse como “dictaduras”. Sirva esto para enriquecer el debate y ubicar la discusión en el ámbito académico y no político.