¿Qué tan terrible es el panorama petrolero? Pues hay operadores que están apostando a un precio del barril de 20 USD, ¡20!
Estas apuestas se hacen a través de una categoría de contratos llamados derivados y, en este caso, de un tipo específico llamado opciones de venta (put options en inglés).
Básicamente ,quien posea un put tiene el derecho –no la obligación– de vender un bien a un precio determinado en el contrato. Ejemplo, si yo tengo un put para vender petróleo a 20 USD, en caso de que el petróleo caiga a 15 USD, yo tengo el derecho de vender por 20 USD.Pues bien, datos del Nymex (New York Mercantile Exchange, una bolsa de materias primas donde se contratan derivados financieros), revelan que se están comerciando una enorme cantidad de contratos que dan el derecho de vender petróleo a 20 USD.
Es decir, hay gente que está pagando dinero ahora para poder vender petróleo en el futuro a 20 USD. Esto significa que esas personas piensan que el petróleo caerá por debajo de 20 USD y que venderlo a ese precio será un privilegio. Bonito contraste con el presupuesto de nuestro Gobierno que está hecho en función de un precio de USD 79,7…
Puede parecer irreal que el precio llegue a estar tan bajo, pero como señala el Financial Times “el solo hecho de que ellos (estos contratos put a 20 USD) existan indica el aura de pesimismo que envuelve el mercado petrolero.”
Pero bueno, gracias a Dios tenemos un Presidente economista, ¿no? Además no cualquiera, sino uno que –según él– todo lo entiende, todo lo sabe y todo lo sapea (como decía un comediante local). Brillante como él es, durante nuestro periodo de bonanza seguramente hizo esfuerzos para no hacer gastos superfluos y dejar una buena reserva. Sin duda, no habrá caído en un error tan viejo, tan inmaduro, como es no dejar un colchón para las vacas flacas. ¡A la hoguera quien piense que a Correa esto lo cogió desprevenido!
El mismo periódico publicó esta semana un artículo comparando las empresas y países petroleros. “Brasil podría fusionarse con Venezuela, solucionando el escándalo de corrupción de Petrobras e impidiendo la bancarrota del otro…”. Ese es el punto, en una crisis las empresas tienen muchas más armas y son infinitamente más ágiles.
Los recortes en una empresa son mucho menos graves que los recortes en los países. En el un caso, los accionistas no tendrán beneficios, en el otro los ciudadanos no tendrán salud, educación, etc. Despedir a un gerente ineficiente no es complejo, revocar al Presidente es virtualmente imposible (sino que les pregunten a quienes han intentado recolectar firmas).
Si un gerente se hubiera gastado el dinero sin dejar una reserva, hubiese estado despedido hace tiempo… desgraciadamente en el país tenemos que esperar dos años hasta nuestra próxima “junta de accionistas”.
jguarderas@elcomercio.org