Las versiones son múltiples sobre los juicios y el perdón de Correa contra periodistas y El Universo. AP defiende que Correa dio una lección a la prensa por mentirosa, mostró que se puede perseguirla, a pesar de ser el poder fáctico por su nexo empresarial. La oposición canta victoria de la libre opinión y de la acción internacional. Moral y desafío al poder económico vs. principio y derecho de libertad. Pero, cuentas hechas, Correa, la prensa, la justicia y la sociedad más perdieron que ganaron.
Correa tiene razón en ciertas críticas a la prensa al nivel de algunos principios, que hay casos de irresponsabilidad o de falta de fundamento en lo que la prensa afirma o por no tener esa ética simple, practicada en muchos países, de al menos tener dos puntos de vista diferentes sobre una noticia de la vida política o de opinión; que alguna opinión descontextualizada es usada para favorecer otra, que hay medios que en lugar de informar sobre todos los/as candidatos/as entran en campaña electoral; también que ha habido colusión de intereses con intereses empresariales de dudosos casos.
En el lado opuesto, ya quedó la imagen de un Presidente que se impone, que controla la justicia, que se dice quiso enriquecerse, que no respeta al contendor, que hace chantaje y quiere limitar la libre opinión. La empatía de su idea de educar a la prensa se desvirtuó con ello.
La justicia fue la gran derrotada, se mostró las malas costuras del proceso judicial, con jueces ad-hoc, que decidieron en tiempo récord, con normas cuestionables como la responsabilidad penal de entes jurídicos o la responsabilidad coadyuvante. Una desproporcionada sanción de 40 millones, que se presume fue una sentencia redactada por el abogado presidencial, ¿cómo borrar a Chucky 7? Todo eso ya es parte de una imagen establecida, imborrable, en particular por la acción del presidente que hizo del juicio un proceso mediático
Por más que se haga campañas para rectificar las imágenes vehiculadas, estas perdurarán. Podrá Correa haber recuperado imagen pública con el perdón, pero ya quedarán en el mundo y para el futuro lo que se ha dicho.
¿Valía la pena tanta derrota para poner en carril a la prensa, tan solo simbólicamente, y alimentar la imagen interna de justiciero?
El juicio persiste y seguirá en las instancias internacionales. Pero esto no conviene a la sociedad ni le conviene al Presidente, pues todas estas imágenes volverán a aparecer y será aún más imborrables. Un resultado adverso en el juicio será peor para el Presidente y aunque puede ser un precedente para anular cualquier intención de censura previa, la imagen del Ecuador será la perdedora. Convendría que se llegue a un acuerdo entre Correa y El Universo para el mutuo respeto de ciertos principios, con alguna comisión negociadora de por medio si necesario.