Los debates doctrinarios de tarifas para los transportes de uso público, la construcción de tres puentes en un sector vital de la provincia del Guayas, sumados a un simulacro de enfrentamientos entre bandos municipales gobiernistas y antigobiernistas, obligan a reflexionar sobre la vida política nacional. ¿Cuáles son los elementos intangibles de esta vivencia? ¿Cuáles son los valores, objetivos, principios, procedimientos o códigos morales que animan a una comunidad que se jacta de haber superado etapas de caos político e institucional?
En estas rencillas políticas de escasa importancia para el ciudadano común, el que solo es obligado a votar, se han producido expresiones que para obviar adjetivos peyorativos, se los ubica en el campo de lo insólito. Se afirma, por ejemplo, que las promesas de campaña no son obligaciones políticas, morales o cívicas si él o los candidatos que compiten por una divisa, no triunfan; que no adquieren ninguna obligación si son parte del poder dominante o gobierno. Da la impresión que el escenario electoral se convierte en un hipódromo donde se apuesta al ganador. Si se acierta se cobra el premio y se reparten generosos réditos; caso contrario, se rompe el boleto y solo queda repetir con Gardel: “Basta de carreras, se acabó la timba, un final reñido yo no vuelvo a ver…”.
El caso de los puentes, si no fuera por el perjuicio ciudadano, pudiera ser contado como un insípido chiste de salón. En la segunda década del siglo XXI, en una economía de extraordinarios recursos, un presidente y tres alcalde son incapaces de coincidir en la construcción de dos o tres puentes pequeños. En esta contienda no participa el Prefecto Provincial, pues parece que aún no está posesionado o es de otra provincia.
El otro caso también corresponde a los registros de Ripley. Es que a falta de buen fútbol en las canchas nacionales, se juega con el precio de los pasajes del transporte como si fuera la redonda de los domingos en la tarde. Se demanda el alza de los mismos pero no se especifica en qué quedan los subsidios directos que reciben los transportistas desde el inicio del Gobierno actual. ¿Corresponden al Municipio o continúa a cargo del Gobierno? Volviendo al fútbol: ¿en qué cancha se disputará la final de este campeonato?
Los bandos de los alcaldes también parecen otro “cómic nacional”: los gobiernistas y los antigobiernistas. Los favorecidos por el buen comportamiento, pues ganaron con la camiseta del régimen, se asemejan a los abanderados y sus escoltas de un acto o desfile colegial. Por el contrario, los malos que triunfaron pueden recibir severos castigos burocráticos y aprender que los triunfos en política deben ser seguidos de una rigurosa estrategia de defensiva y una estricta dieta que los inhiba de participar en almuerzos muy condimentados; caso contrario, las salidas de emergencia están claramente señaladas: la sumisión o el exilio.
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