¿La demagogia gana alcaldes o..?

Los alcaldes ahora compiten con Correa en promesas para seducir al electorado. En Quito y Guayaquil, los alcaldes devalúan la democracia con promesas milagreras para escaparse de responsabilidades ineludibles.

Fue primero el gobierno central que no enfrentó el alza inevitable del pasaje de transporte urbano, fijo en años, cuando la inflación exige hacerlo. Correa con su popularidad podía volver aceptable una subida dolorosa para la economía popular, aunque fuese simbólica. Pero ganó la demagogia del clientelismo político de obtener así votantes y envió la pelotita a los alcaldes para que ellos asuman la dolorosa decisión. Ahora ciertos alcaldes hacen lo mismo.

Nebot con creces adula al pueblo con una consulta de si debe o no realizar el alza. Se lava las manos ante una responsabilidad que no se decide por afectos o desafectos populares sino con técnica y política, para eso fue electo. La consulta para decisiones que no son de consulta, convierte a la demagogia en última palabra de la decisión pública. Devalúa la democracia, el electo no asume su responsabilidad.

Y ¿qué busca Rodas al no subir el pasaje sino de subvencionarlo y justificarlo con hipotéticas exigencias para un mejor servicio? Lo anunció en un escenario de campaña electoral, con gremios de transportistas, en el populoso sur de la ciudad, fue un guiño de popularidad.En los dos casos se pospone el problema cuando se requiere cambiar, ordenar y regular un sistema de transporte, su organización y costos. ¿Cómo modernizar el transporte (metro, teleféricos..) con reducción de entradas fiscales y sin nuevos pasajes? Además, es meta social un sistema que no aumente el peso del corporativo gremio de los transportistas como hace el Gobierno para tener votos, al estilo velasquista, pues, por ganarse centavos imponen pautas que impiden una completa mejora del servicio público y justifican el maltrato al pasajero. Este gremio experto en torear exigencias y controles (no definidos), gana con esta decisión, su meta es simplemente ganar más.

Si Quito necesita recursos para sus proyectos, esta decisión es incoherente y no ayuda a formar una ciudadanía corresponsable con sus servicios públicos. La milagrosa decisión hasta disminuye en parte el pasaje cuando podía subirlo de un modo más diferenciado (no para escolares, personas con discapacidad y mayores) y compartido entre el sector público y privado, por mínimo sea.

Rodas, que ya menciona ideas significativas y alternativas de transporte, podía ganar autoridad con otras decisiones distantes de la simple demagogia, como otros alcaldes. Prefirió construir la imagen electoralista de que cumple sus promesas, justificando que cuida el bolsillo de sus electores. Preparar así una candidatura presidencial, en lugar de demostrar que puede ser Alcalde con sentido de responsabilidad, en todo su período, es adentrarse en el populismo.

jleon@elcomercio.org

Suplementos digitales