El estilo duro e intolerante así como la concentración de poder del Gobierno no solo genera reacciones negativas. Provoca también energías y repercusiones positivas. Cada vez más amplios sectores de la población empiezan a unirse o reorganizarse en busca de espacios para el diálogo, la crítica constructiva, la resistencia y la construcción de propuestas y proyectos en función colectiva.
De manera inédita los más importantes comunicadores de las radios más escuchadas de la capital se encuentran cada mes para hablar de la situación nacional y de los temas de libertad de expresión. Redes sociales se fundan para discernir los problemas de Quito y del país. Las organizaciones indígenas y de maestros consolidan alianzas estratégicas.
Una de estas iniciativas de unidad de acción la protagonizan varias de las más prestigiosas universidades del Ecuador junto a organizaciones ciudadanas. En estos días la Flacso, la PUCE, la Espol, la Universidad de Cuenca, el Contrato Social por la Educación y el Observatorio de la Niñez y Adolescencia presentaron a la opinión nacional una plataforma de investigación y discusión de la realidad nacional denominada Estado del País, que aparece con el apoyo de Unicef bajo la forma de un libro, el Informe Cero.
El Estado del País, según señalan sus fundadores, no solo es un libro. El libro es la columna vertebral de un proceso de construcción de ciudadanía que a través de la investigación y publicación periódica de un informe sobre la marcha del Ecuador crea espacios plurales de debate y confrontación de ideas que, bajo un enfoque de derechos y desde una perspectiva ciudadana, evalúa las políticas públicas, toma el pulso a la acción gubernamental y analiza crítica y autocríticamente el esfuerzo de la sociedad civil.
En otras palabras, el Estado del país tendrá como misión mirar al Ecuador en su conjunto y en sus relaciones internas y externas. Observará al Gobierno y a la sociedad. Investigará la cultura, la economía, la política, la educación y la salud, entre otros temas.
El Informe Cero es una mirada histórica crítica y multidisciplinaria del Ecuador sobre los avances, problemas, continuidades y rupturas desde los años cincuenta hasta la fecha.
La juventud, los estudiantes del bachillerato y de los primeros años de la universidad, es el público prioritario de incidencia del Estado del país. Lo son también los maestros, los líderes sociales, los periodistas y los tomadores de decisión del Estado. Así el libro y la educación son instrumentos de cambio.
No puede haber mejor momento que el presente para el lanzamiento de esta iniciativa. Es la respuesta de un país cansado de la confrontación perpetua. Cobra bríos la lucha ciudadana a través de la tolerancia, el diálogo y la propuesta. Si así llueve que no escampe. Esperamos el Informe Uno.