En junio de 2015, los precios en el Ecuador crecían al 5% anual. Desde ese mes en adelante, empezaron a crecer cada vez más lento, luego se estancaron y desde septiembre de 2017 están bajando. El último dato disponible dice que en mayo estábamos con un nivel de precios 1% por debajo del año pasado, o sea, que teníamos una deflación de 1% anual.
Pero, al menos por ahora parecería que llegamos al punto más bajo de la deflacción. Pero eso tampoco significa que pasemos de una “deflación” a una “inflación”. En otras palabras, los precios van a seguir bajando, pero más lentamente. Y estamos lejos de que vuelvan a subir.
Para entender por qué los precios bajan es clave ver por qué subieron y cuánto subieron en el pasado reciente. Es importante, sobre todo, entender cuáles fueron las razones que los hicieron subir tanto entre en los primeros ocho años del correismo.
Porque entre junio de 2007 y junio de 2015 el costo de la canasta familiar (usada para medir la inflación) creció en 45%. Dicho de otra manera, el costo de la canasta en junio 2015 era 45% más alto que en junio 2007. Esto es bastante más que los países cercanos o los principales socios comerciales.
En el mismo período, en los EE.UU., por ejemplo, la canasta de consumo de las familias gringas se encareció en únicamente 15% (y eso a pesar de que allá los combustibles no están subisdiados). En conclusión, en estos años nos encarecimos mucho más que los EE.UU. (esto explica por qué hay gente que dice que Miami es más barato que Quito).
Si los precios subieron tanto en el Ecuador es porque en el 2008 y en el 2011, gracias al crecimiento del precio del petróleo, el gasto público se disparó, la demanda se activó y los precios subieron. Además se aumentó varios impuestos (sobre todo salvaguardias), lo que encareció los precios al consumidor.
Adicionalmente, algunas materias primas importadas tuvieron precios altos hasta el 2014.
Hoy el mundo es completamente distinto. El gasto público está cayendo, las materias primas importadas se mantienen relativamente baratas y somos un país caro.
Ante la ausencia de un gasto público creciente, es como que se le quitó el viento de las velas de la inflación o como que dejaron de echarle aire a la burbuja. Ahora está desinflándose y va a seguir en esa dirección por un tiempo.
Pero por ahora, por la estructura de la inflación anual, parecería que se llegó en mayo a un nivel mínimo de -1%, pero el dato de la inflación anual a junio (a publicarse esta semana) debería ser un número más cercano al -0,5% y bien podría quedarse en ese nivel hasta fines de año.
Cualquier cambio de tendencia dependerá de una reactivación de la economía, tema que por ahora no se ve inminente.