Cumbres con Cuba

En días pasados acaba de celebrarse en Cartagena (Colombia) la VI Cumbre de las Américas. A diferencia de otras citas presidenciales, en esta ocasión no hubo una declaración final por la falta de consenso entre los mandatarios del hemisferio. Uno de los temas que generaron serias discrepancias fue Cuba.

Antes de la Cumbre, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, manifestó que se abstendría participar en protesta por la ausencia de Cuba. Aunque varios presidentes de la región coincidieron con Correa, la mayor parte de ellos asistieron a Cartagena.

Incluso el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, puso en la mesa de debate la necesidad de incluir a Cuba en las próximas citas continentales. “No podemos ser indiferentes al proceso de cambio en Cuba. Es hora de superar la parálisis a la que lleva la terquedad ideológica y a llegar a acuerdos por el bien del pueblo cubano”.

Así mismo, Santos criticó el embargo que sufre de parte de los Estados Unidos. En ese sentido dijo: “el embargo y el aislamiento no se justifican. Es un anacronismo que debió ser superado hace décadas”.

Sin embargo, pese al pedido de Santos y varios presidentes de la región, EE.UU. y Canadá mantuvieron una posición firme y vetaron la inclusión de este tema, al igual que el de las Islas Malvinas, en el texto final.

Para el gobierno norteamericano, la situación es clara. Cuba, a diferencia de otros países que participan en cumbres, no avanza hacia la democracia y no respeta los derechos humanos. Barak Obama, manifestó: “tengo la esperanza de que empiece a ocurrir una transición en Cuba… pero aún no se ha llegado a eso”. Aunque la postura de Obama y su gobierno ha sido tomada como una nota discordante, no ha podido ser menos que apropiada y coherente. En Cuba, pese al ligero cambio impulsado por Raúl Castro en los últimos años, no vive una democracia. Es más, se violan de manera reiterada los derechos humanos, principalmente la libertad de pensamiento y de opinión. En ese sentido, el ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, ha sido enfático: en la isla se vive una “dictadura que ha dejado a miles de cubanos en los cementerios durante los últimos 50 años solo por haberse atrevido a discrepar”.

Por ello, el cambio debería provenir no de Estados Unidos sino de los mismos dirigentes cubanos que se niegan a dejar el poder e insisten en mantener un régimen antidemocrático en la isla.

La incorporación de Cuba a la comunidad internacional debería pasar por cumplir con la Carta Democrática Interamericana y cumplir con los estándares básicos de respeto a los derechos humanos, civiles y políticos. Por allí es donde debería comenzar.

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