Hace un año atrás, el Presidente de los Estados Unidos planteó la necesidad de desarrollar una estrategia que permita a nivel mundial evitar que materiales radiactivos caigan en manos de terroristas, y otros actores no autorizados a utilizarlos.
A pesar de haber concluido hace dos décadas atrás la guerra fría, el fantasma de un desastre nuclear está más vigente que nunca debido a países que desarrollan su arsenal nuclear al margen de los acuerdos internacionales y a grupos terroristas.
En este sentido, el Presidente, en un esfuerzo diplomático sin precedentes, convocó la semana anterior en la ciudad de Washington, a una reunión de jefes de Estado y de Gobierno para cerrar filas ante una eventual amenaza nuclear. Asistieron a la reunión 47 líderes mundiales, unidos bajo un mismo objetivo de asegurar en un plazo de cuatro años todos los materiales radiactivos para que estén fuera del alcance de grupos terroristas.
En su introducción, el documento aprobado por unanimidad manifiesta que el terrorismo nuclear es una de las amenazas más grandes para la seguridad internacional y por lo cual hay que tomar medidas que permitan poner a buen recaudo el material radiactivo en poder de varios Estados.
Se reconoce en el documento que el uranio altamente enriquecido y el plutonio separado requieren de especiales precauciones, y por lo tanto se debe promover una política que aseguren estos materiales; y convertir los reactores que utilizan uranio altamente enriquecido por uranio de menor poder.
Antes de la Cumbre, Chile entregó a los Estados Unidos uranio altamente enriquecido que utilizaba para fines científicos. Así mismo, Ucrania, una de las repúblicas que formaban parte de la ex Unión Soviética, se comprometió a entregar todo el material radiactivo heredado de la época de la Guerra Fría, para que sea guardado con las seguridades que demanda este esfuerzo.
Algunos países que pertenecían a la órbita soviética, se quedaron con el material radiactivo que estaba en las instalaciones que les fueron traspasadas.
Estas nuevas repúblicas carecían de políticas para mantener seguros dichos materiales, lo que constituía un peligro para la seguridad mundial. Tal es el caso de Georgia, en donde se desarmaron tres intentos de vender material radiactivo a grupos que trafican con armas en el mercado negro.
Estos hechos demuestran el peligro que significa que estos materiales, sin la protección debida, caigan en manos de grupos terroristas.
El presidente Barack Obama manifestó que una cantidad de plutonio del tamaño de una manzana puede dar lugar a la fabricación de una bomba nuclear que podría aniquilar a miles de ciudadanos y poner en peligro la paz mundial.
Bien por la iniciativa, y bien por el planeta que se alista a enfrentar conjuntamente la amenaza de una posible tragedia nuclear.