La arquitectura ha sido considerada tradicionalmente como una de las siete Bellas Artes. Es una disciplina antigua y compleja que incorpora conceptos de las ciencias sociales y se encarga de construir y modificar el hábitat humano con la inclusión de edificios y construcciones de todo tipo con estructuras arquitectónicas y espacios urbanos.
Cumbayá es una parroquia suburbana del Distrito Metropolitano de Quito, situada en el valle de Tumbaco, al oriente de la capital ecuatoriana. Posee un clima muy agradable, con amplias áreas verdes, arboledas centinelas enjutas y frondosas y con jardines de flores multicolores, visitadas por golosos colibríes, de veloz aletear imperceptible, vistosos gorriones de musicales gorjeos, mirlos, palomas y hermosas aves que integran el idílico paisaje que ha convertido al recinto en un pulmón de aire puro y saludable de residentes y frecuentes visitantes anhelantes de tranquilidad, paz y bienestar.
El Concejo Municipal, consciente de su deber principal: velar por el bienestar de sus vecinos, dotarles áreas de esparcimiento, reposo y de aire puro, quiso preservar las características de valles como el de Tumbaco y emitió ordenanzas que prohibían la realización de construcciones de una altura mayor a los tres pisos. Se han trazado nuevas vías , centros comerciales, restaurantes, escuelas, colegios y universidades, con acatamiento de las normas municipales.
Sorpresivamente, dos años atrás, irrumpieron a los lados de la novísima carretera Ruta Viva, edificios de cinco y seis pisos y desde el 2017 un multifamiliar moderno que se inserta en el centro del paisaje, lo rompe y altera, en la ciudadela “La Primavera” y da inicio a una carrera desenfrenada del aparecimiento de mega construcciones de 600 y 800 departamentos en los más distintos puntos cardinales de Cumbayá.
¿Qué pasó en el Municipio? ¿Por qué se cambiaron las ordenanzas? ¿a qué obedece el cambio de los coeficientes de uso y de ocupación del suelo? ¿No se han percatado que en este momento es frecuente el colapso del Túnel Guayasamín por exceso de vehículos?
¿No han pensado que sucederá con el incremento de 2.500 motorizados más? ¿Es conveniente trasladar hacinamientos a zonas libres de polución y de residuos contaminantes? ¿Se justifica cambiar cemento, hierro y dinero por naturaleza, salud y bienestar?
Señores integrantes del Concejo: pongan en vigencia las ordenanzas que otorgarán una mejor calidad de vida a sus conciudadanos y deroguen aquellas que están unificando la gran congestión de la ciudad con la de los valles. Su rápido accionar mejorará y prolongará la vida de muchos compatriotas. Señores mega constructores: rescaten el aspecto social de la arquitectura y brinden, con desprendimiento, su arte y su ciencia al bienestar del conglomerado. ¡Salven a Cumbayá!
Columnista invitado