El Presidente no entiende por qué la OPEP no aceptó la propuesta conjunta de Ecuador y Venezuela para bajar la producción petrolera y lograr que el precio repunte en el mercado internacional.
Si le hacían caso a Ecuador y Venezuela, todos los exportadores de crudo que forman parte de este club petrolero obtenían más ingresos y evitaban así las angustias que están pasando ahora por falta de recursos.
Para el Presidente, quien dijo estar preparado para un barril de USD 20, detrás de todo esto hay la intención geopolítica de beneficiar a Estados Unidos y perjudicar a Irán, Rusia, Venezuela y probablemente a Ecuador.
Pero una de las principales razones para que la propuesta ecuatoriana-venezolana no haya cuajado es porque la OPEP ya no controla los precios del petróleo. Y los intereses de los países miembros del cartel no comulgan con los de Ecuador o Venezuela.
Por un lado, la producción de la OPEP representa solo un tercio de la oferta mundial de crudo. Si los países del cartel deciden bajar su producción, otros que no son parte de la OPEP pueden aumentar su oferta y beneficiarse del sacrificio ajeno. Para lograr un efecto en los precios del petróleo se necesita un acuerdo que vaya más allá de la OPEP, pero nadie quiere saber de eso por ahora.
Y no hay apoyo a esta iniciativa porque no existe certeza de que se cumpla. Ni siquiera dentro del cartel petrolero se acatan las cuotas de producción porque ha primado el interés individual de los países miembros.
Para no ir tan lejos, la propuesta de Ecuador y Venezuela no incluía reducir sus cuotas de producción. Era poco probable que el Gobierno ecuatoriano aceptara bajar su producción en medio de tanta necesidad.
Irán, que es parte de la OPEP, no quiere saber nada de bajar la producción y se siente con el derecho de explotar más petróleo a partir del próximo año, pese a los menores precios. En cambio, Arabia Saudita quiere quebrar a la competencia con precios bajos.
En la OPEP, el juego siempre ha sido geopolítico, ¿o recién se da cuenta el Presidente?