El malabarismo semántico, que parte del autoengaño, jamás puede encubrir las cualidades viciosas, como la corrupción, tráfico de influencias, insultos y retaliaciones odiosas, aunque revestidas de un grotesco autoritarismo se impide aflorar la reflexión de la nación ecuatoriana.
La mordaza del linchamiento mediático, ha resultado inútil, para encubrir la falta de transparencia en las decisiones políticas y la vigencia de una agenda oculta a seguir en el orden interno y en el internacional.
Con una ley de “Fortalecimiento de la Seguridad Social” se destruyo el Régimen Especial de las FF.AA. y de la Policía, así como la conformación de sus Consejos Directivos. Se dice dar un aumento de sueldos, cuando en realidad es una reducción de las aportaciones al seguro social, que serán también una reducción en la cesantía y pensiones cuando se retiren.
En el fondo, el gobierno debido a la falta de liquidez reduce el pago de sus obligaciones patronales, revoca el pago de la deuda de 400 millones y anula las aportaciones del Estado para la seguridad social del IESS, ISSFA y ISSPOL. En caso contrario porque no se tramitó esa ley de marras, en el 2008 cuando entonces más bien se ratifico, apoderándose de la iniciativa de la homologación salarial.
En el orden internacional, sin una política exterior acorde al nuevo escenario de seguridad fronteriza, antes de los resultados definitivos del plebiscito de Colombia, se considero reducir el 80% de los efectivos en la frontera, menospreciándose la necesidad persistente de falta de radares y de helicópteros para la protección del espacio aéreo y la aeromovilidad de las tropas, vulnerabilidad que probablemente agradecerá el narcotráfico.
A renglón seguido ante la diplomática opción de excusa ofrecida por el presidente de Colombia, considerando las consecuencias del terremoto en la Costa, para que el Ecuador sea sede de las negociaciones públicas con el ELN, el Canciller a ecuatoriano, inmediatamente objetó la opción y declaro encontrase listo para recibir a las numerosas delegaciones.
Nadie en su sano juicio puede excluirse de apoyar a un proceso de negociación entre el ELN y el gobierno de Colombia, más aun siendo país vecino que comparte todos los aspectos de una vida política y de seguridad recíproca. Sin embargo, no se puede desconocer que en la década actual se ha demostrado afinidad con las FARC y por ende con el ELN, con quienes se ha manifestado públicamente su afinidad, desaprobando los “mecanismos” que utilizan.
A esta falta de “neutralidad “se suman la Coordinadora Continental Bolivariana, reunida en Quito, el ataque colombiano a las FARC en territorio ecuatoriano y ahora una delegación ecuatoriana de izquierda radical.
Aspectos como la neutralidad, son los que indujeron a la ONU, para que no participen países vecinos en la comisión de verificación.