¿Por? o ¿a pesar de...?

León Roldós Aguilera
​lroldos@elcomercio.org

El presidente Correa, en la sabatina del 2 de agosto, señaló que la economía ecuatoriana al cierre del primer trimestre del 2014, en cálculo anual, de abril del 2013 a marzo del 2014, habría crecido en el 4,9 %.

La Cepal, en el informe presentado el lunes, señaló que para el cierre de diciembre del 2014, prevé un crecimiento anualizado del 5% de la economía ecuatoriana, porcentaje importante si se compara con la previsión para América Latina que estima, para el mismo cierre, en cálculo anualizado, un promedio del 2,2% - Sudamérica crecería en el 1,8%- afectada la región por la debilidad de la demanda externa e insuficiente inversión.

Crecimientos por encima del 4%, en la región tendrían: Panamá, con el 6,7%, Bolivia con el 5,5%, Colombia, República Dominicana, Ecuador y Nicaragua con el 5%, Perú con el 4,8%. Países de gran poder económico en la Región tienen previsiones menores, Chile, en el 3%, México, en el 2,5%, Brasil, en el 1,4%.

Países grandes con profunda crisis política y corrupción desbordante, tienen previsiones preocupantes, Argentina, cero crecimiento, y Venezuela tendría una contracción de 0,5%.

En el caso específico del Ecuador, sigue beneficiándose de los precios elevados del petróleo, aun cuando este en su mayor parte está comprometido con China, en una figura cuestionada de venta anticipada, con preabono del precio, pero instrumentado como crédito con intereses, lo que para algunos más es un crédito con un mecanismo privilegiado de liquidación y pago vía petróleo comprometido, cuyas cargas no van a China, sino al mercado internacional, porque el diferencial de precio le permite al intermediario ganar al revender el petróleo.

Las expectativas del acuerdo comercial del Ecuador con la Unión Europea, con la extensión de las preferencias vigentes, hasta el 2015, para un volumen muy importante de exportaciones no petroleras ni bananeras también cuentan.

La inversión pública seguirá creciendo con un elevado nivel de endeudamiento y con más recursos manejados por el Gobierno.
¿Habrá la suficiente capacidad de pago, sin más endeudamiento, cuando le toque pagar al Gobierno, la deuda que está creciendo, porque el retorno de la inversión no siempre tiene la velocidad de los compromisos contraídos?

¿Las decisiones en los años que vienen serán de mayor endeudamiento para pagar deudas?, ¿o será mayor el costo tributario y de servicios para los habitantes en el Ecuador?
En el país irritado, desde el Gobierno se profundiza la virulencia contra algunos sectores empresariales, medios de comunicación –y periodistas-; y, desde la oposición política y de quienes tienen miedo se pregunta: ¿las cifras son por el Gobierno o a pesar del Gobierno?

Optimista, aspiro que en el Ecuador bajen los niveles de irritación.

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