Al concluir lo que fue descrito por la agencia oficial china de noticias, como el primer gran proceso de lucha contra la corrupción durante el gobierno de Xi Jinping, el Ministro que durante años estuvo encargado de dirigir los ferrocarriles chinos, de muy rápido desarrollo, fue condenado a muerte, acusado principalmente de delitos, de malversaciones de fondos públicos y los abusos del poder.
El ministro se llama Liu Zhijun y por considerable tiempo era considerado como uno de los hombres más poderosos de China; fue juzgado por un tribunal de Pekín y la sentencia expresó que se le condenaba a la última pena” con período de suspensión de dos años, por lo que se cree que es posible la conmutación de la pena, mediante la atribución de cadena perpetua. Específicamente al exministro se le persiguió por la denuncia de haber cobrado sobornos para lograr la concesión de varios contratos. Además, el tribunal ordenó la confiscación de todos los bienes que figuraban a su nombre, así como la retención de los haberes correspondientes .
Pero claro, dentro de un mundo y una época de profunda deshonestidad, este escándalo no fue el único sonado durante los días más recientes. Solo a modo de ejemplo, no puede olvidarse el caso de ese otro Ministro, en este evento, de un país del todo diferente a China, puesto que se trató del pequeño Luxemburgo, ubicado en el corazón del bloque que originó la integración europea, afligida ahora por tantas dificultades. En este evento, el Ministro se las arregló para permanecer nada menos que 18 años entre las alturas del poder .
Mientras que para no abandonar los predios europeos, ha de reconocerse que las acusaciones en contra del primer ministro español Mariano Rajoy, todavía tienen un largo trecho de recorrido entre las agencias de información. Aparte de la gravísima herencia que Rajoy recibiera de los socialistas, los inmediatos predecesores al Gobierno, las semanas más próximas el propio tesorero de su partido.
Ahora el Primer Ministro afronta la tempestad de las denuncias formuladas por el propio tesorero de su partido, según las cuales durante varios años habría recibido el pago de honorarios irregulares, lo que obviamente le quita a Rajoy la calidad moral para imponer los durísimos sacrificios que han debido ser ordenados con el ánimo de equilibrar la situación del país.
Por cierto, en el Ecuador no han faltado las denuncias contra ministros y funcionarios de la Administración, pero con insólita frecuencia se han diluido antes de que pasen siquiera del ámbito parlamentario, lo cual ha creado sensación de impunidad y tolerancia en el manejo de los fondos públicos, percepciones que no pueden seguir subsistiendo por más tiempo debido a los perjuicios que provocan en diversos órdenes de la vida nacional.