Lo expuesto por Lenín el 24 de mayo y los días siguientes ha generado expectativas positivas en el Ecuador. Para fortalecerlas, corresponden los pasos siguientes. Generaría una grave frustración que todo se reduzca a juego de palabras, para desmontar resistencias.
Sustituir las sabatinas por un informe del Presidente de 10 a 15 minutos los lunes, más que el cambio de día y la extensión del informe, debe significar desagregar lo proselitista de las actuaciones del Ejecutivo. Las sabatinas, más que informes presidenciales, fueron espacios de agravios y amenazas, así como de defensa a ultranza de sus próximos.
Entre actuar a la ofensiva y a la defensiva, antes que apegarse a la verdad y la realidad, Correa todos los sábados era superlativo.
En justicia, a ésta se la declaraba la más admirada en la Región, siendo la realidad el sometimiento de sus operadores para perseguir, condenar o exculpar, dependiendo de la animadversión contra los procesados o su sumisión.
En cifras, anunciaba la salida de la crisis y la realidad es la manipulación de aquéllas. Endeudamientos caros y, en unos casos, innecesarios, como los utilizados en macro edificaciones, cuales las “plataformas” administrativas construidas en Quito, que llevarán a que cientos de edificios públicos, algunos emblemáticos e históricos, a los que será difícil encontrarles un nuevo uso o destino, queden desocupados en la capital. Es la vanidad de que se recuerde a un gobierno por ese tipo de obras.
La educación pública, según Correa, es la mejor de la Región, cuando por información del propio gobierno –a base de la prueba Ser Bachiller- entre los doscientos mejores planteles del Ecuador, sobran los dedos, para identificar poquísimos planteles fiscales, que no llegan al 5% de ese número, por la deficiencia con la que salen sus titulados, lo que además les impide ingresar a las universidades públicas. Emblemáticos planteles, como el Mejía, el Juan Montalvo, el Manuela Cañizares, el Vicente Rocafuerte, el Guayaquil, el Rita Lecumberri, y puede mencionarse más, de los que egresaron grandes figuras del Ecuador, ahora están mediatizados en su calidad.
En salud, hay cemento y hierro, lo cual como solución de espacios físicos para más centros de atención e incremento de camas hospitalarias está bien, pero faltan especialistas y medicamentos. Los ciudadanos no pueden ser condenados a medicamentos ineficientes para las patologías que los aqueja. Aquello podría asimilarse a la figura de homicidio culposo.
Lenín señala que en comunicación la autoridad no debe privilegiar sancionar o castigar, sino “educar” en el respeto. La libertad y la verdad, inseparables de la honestidad, a pretexto de “educar”, no pueden ser amordazadas a interés y conveniencia del poder.
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