Los pesares de los viejos accionistas del Diario Hoy son el resultado de políticas implementadas por gente con una ideología tan anticapitalista que no pueden entender lo que es una empresa.
Muy resumido, lo que está pasando con quienes fueron dueños del Hoy es que cuando la empresa quebró, quedaron deudas impagas y ahora se las quieren cobrar a los accionistas. Eso es absurdo.
Una empresa es la suma de los capitales de múltiples personas que se juntan para poder producir.
Y las “empresas” han sido uno de los pilares fundamentales del sistema capitalista que ha regido en los últimos 500 años, en este medio milenio donde la humanidad ha inventado la imprenta, el telégrafo, el motor de combustión interna, los aviones, la Internet y mil cosas más que han permitido disparar la esperanza de vida, derrotar enfermedades que eran incurables y crear una riqueza nunca antes vista.
Y las empresas, como unidades eficientes de producción, han sido centrales en ese proceso.Pero los procesos productivos, mientras más complejos son, más recursos necesitan. Y para eso, es necesario juntar capitales de muchas personas. Para lograr sumar capitales existe un mecanismo que ha funcionado bien desde hace unos 500 años: las compañías.
En una compañía, cada accionista aporta con una cierta cantidad de dinero y todos encargan a un gerente que la administre. Así, lo máximo que puede perder el accionista es lo que aportó. Y si hay más pérdidas, pues son responsabilidad de quien administraba la empresa, pero no del accionista.
Porque el accionista no estaba en el manejo del día a día de la empresa, no era responsable de lo que pasaba con ella, no decidía a quién se contrataba o despedía, no podía buscar nuevos clientes ni contratar créditos. Era, simplemente, alguien que aportaba con capital pero que renunciaba a administrarlo.
Y con ese mecanismo se han podido armar las empresas que producen muchos de los bienes y servicios que hacen del mundo actual el más sano, seguro y equitativo que haya existido. No lo hacen perfecto, pero hace 500 años estábamos muchísimo peor.
Exigir a los accionistas del Hoy que paguen las deudas de la compañía es absurdo porque se está violando el concepto mismo de la separación entre propiedad y administración, base misma del capitalismo.
Pero claro, para quienes no se enteraron que el muro de Berlín cayó hace más de 25 años y siguen atrincherados en actitudes anticapitalistas dignas de ser sólo un pie de página de los libros de historia, para ellos que desprecian la creación de riqueza y que disfrutan anunciando “el agotamiento del modelo de acumulación explotadora”, para ellos es bueno cobrar a los accionistas y aportar a la derrota de un sistema que no entienden, que les genera envidias y les llena de odio.