Lo que la historia cuenta de Jean Baptiste Boussingault (1801-1887) es que fue un científico francés que llegó primero a Venezuela y que luego, en Bogotá, se unió a las tropas de Bolívar que luchaban por la independencia de América. Entre una de las hazañas que se le atribuyen es que en una de sus expediciones coronó el Chimborazo. Descubrió el silicio en el acero y contribuyó en las más importantes investigaciones sobre biología, minería, química y la riqueza de las plantas.
El nombre del científico está colocado en una calle corta del norte de Quito, entre el puente Dávila Cajas y la 6 de Diciembre. Desde esa calle ahora se puede acceder directamente al túnel Guayasamín y eso evita que los carros bajen hasta la 6 de Diciembre. Para eso también se le hizo un “ajuste” al túnel para que sea de tres vías en el horario de un solo flujo hacia el valle de Tumbaco. Claro que el humor quiteño reaccionó en un meme que destacaba los tres carriles con la foto del alcalde que decía; “apretados hasta cuatro (vías) y me ahorro el puente”.
Desde arriba, desde el puente Dávila Cajas, se observa el trazado antiguo. Daba la impresión que si se rehabilitaba al menos un carril de esa vía sería una solución importante. Consciente de que es mejor informarse antes de opinar, la recorrí desde abajo del puente, hasta donde comienza o termina el lado oriental del túnel. Conclusión: No hay espacio porque el derrumbe de la anterior carretera se llevó gran parte de la montaña y, si bien algunos tramos quedaron intactos, el más estrecho apenas alcanza para que pasen personas y con un serio riesgo de caer al precipicio. Recomendación: Si sufre de vértigo ni siquiera intente aproximarse a la quebrada.
Como nos acostumbramos a culpar de todo a la historia comencemos por las reflexiones. El túnel, de 1 340 metros de longitud, fue inaugurado el 10 de agosto del 2005 y costó USD 33 millones. La primera pregunta sería ¿por qué no construyeron un túnel de cuatro carriles? Puede haber muchas respuestas, desde financiamiento hasta razones geológicas. Pero así está y lo que sabemos es que quienes usan esa vía para salir y entrar a Quito creen que sirve muy poco o se pierde mucho tiempo para cruzarlo. El Quito del 2005 es muy diferente al de la actualidad; entonces no existía el nuevo aeropuerto y todo el tránsito hacia ese destino se genera desde el túnel Guayasamín.
Reitero, se trata solamente de una reflexión empírica, pero da la impresión de que el tamaño de la quebrada pudiera ser similar a la del nuevo puente sobre el río Chiche, en la Ruta Viva. Por eso y no con el afán de contradecir al meme citado, la verdad no hay como ahorrase el puente; dialoguen, busquen la manera de generar el menor impacto posible pero solucionen un caos que genera estrés, contaminación y pérdida de tiempo.