Petróleo en un mundo loco

@VicenteAlbornoz

Hay múltiples focos de conflicto en todo el planeta, muchos de ellos en zonas petroleras. Pero el precio del crudo no sube, sino que baja. ¿Estará loco el mundo?

Por un lado está el Estado Islámico (EI) y toda la destrucción que ha causado en Siria e Iraq. Más allá de las violaciones a los derechos humanos (citadas en un reciente reporte de Naciones Unidas), muchos de los combates desatados por el EI han sido en zonas con yacimientos petroleros. Dado que Iraq es el quinto país con más reservas de petróleo en el mundo, si un hecho de este estilo hubiera ocurrido hace unos pocos años, el precio se hubiera disparado.

La pelea contra el EI va a ser larga y la coalición que se está armando en su contra tendrá, entre muchos otros países, a algunos de los principales productores de hidrocarburos en el mundo: Arabia Saudita, Irán, los Emiratos Árabes Unidos, Bahrain y Qatar. En el pasado, el involucramiento de uno de esos países en un conflicto bélico hubiera preocupado mucho a los mercados, más aún si todo indica que va a ser un conflicto largo y complejo. Pero eso era el pasado.

Luego está Libia, un país con un Parlamento pero sin un Gobierno y que cada vez se acerca a un caos comparable con el de Somalia. La gran diferencia es que Libia es el noveno país con más reservas de petróleo del mundo. Y los insurgentes de Boko Haram en Nigeria están cada vez más fuertes y complican la estabilidad de ese país africano que cuenta con las reservas de petróleo número 11 a nivel mundial.

Ucrania es un conflicto con un terrible potencial de expansión que hasta podría arrastrar a las superpotencias de la Guerra Fría y que podría trabar las exportaciones rusas de petróleo (Rusia es el octavo país con más reservas).

Hasta hace unos años, cualquiera de los hechos señalados hubiera producido un buen aumento del precio del petróleo. Y ni hablar si todos hubieran ocurrido simultáneamente. Pero el crudo ha caído. El WTI (que se mueve de manera muy similar al crudo ecuatoriano), ha caído consistentemente en los últimos cuatro meses y está en uno de los niveles más bajos desde el 2010.

El mundo definitivamente está loco (basta ver los la lista de conflictos), pero los mercados no lo están. Simplemente las fuerzas que empujan el precio del crudo hacia abajo son mayores: la China sigue creciendo pero más lentamente y las protestas de Hong Kong enturbian sus perspectivas económicas; la economía europea está básicamente estancada y el conflicto de Ucrania daña las expectativas de crecimiento de toda la región (incluyendo Rusia). Brasil está en recesión y la India crece lentamente.

Por otro lado, años de precios altos han incentivado la producción de petróleo y fomentado nuevas tecnologías: hay bastante crudo en el mercado, pero hay poca demanda. Sólo queda preguntarse qué pasará cuando empiecen a resolverse los conflictos enumerados.

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