La inversión en el Ecuador, entendida como aquellos “bienes que permiten producir más bienes”, es escasa y, sobre todo, mala. Y ambas cosas se explican, al menos en parte, por la mala política económica de la década pasada.
Según datos del Banco Central, la inversión en el Ecuador no sólo que es escasa, sino que también viene cayendo y, sobre todo, está excesivamente enfocada en construcciones y muy poco enfocada en maquinaria. Es una reseña con números de cómo nos convertimos en un país con carreteras, edificios y centros comerciales, pero sin maquinaria. Es la razón por la cual, cuando alguien repita la cantaleta de que “tenemos carreteras”, habrá que decirle “pero no tenemos fábricas”.
En el 2016, últimos año para el que hay información detallada, la inversión en el país fue de USD 25 000 millones, lo cual es insuficiente como para lograr que la economía despegue y que logre crecer por sí sola, porque uno de los elementos claves para que un país crezca en el largo plazo es la inversión (los otros elementos clave son la educación y la estabilidad). Para complicar la cosa, si se ve la inversión ajustada por inflación, esta viene cayendo, sobre todo desde el 2014.
Pero el mayor problema es que de esos USD 25 000 millones, las tres cuartas partes fue inversión en construcción. Las obras de infraestructura y los edificios son necesarios para la economía, pero no son suficientes y, sobre todo, no ayudan al crecimiento de los ingresos de los trabajadores (eso se explica más adelante).
Eso significa que solo un cuarta parte de lo invertido fue en maquinarias, equipos, programas, plantas o animales. Y desde 2007, fecha desde la cual hay información detallada, el 2016 es el año con la menor proporción de inversión distinta a las construcciones.
¿Qué puede producir ese deterioro en la calidad de las inversiones? Pues parte de la culpa la tiene un gobierno que complicó en lo que pudo a los productores, complicó en lo posible a las empresas y a los empleadores y, de esa manera, hizo que todos invirtieran en aquello que no estaba sujeto a tantas trabas y aquello que no requería contratar mucha gente: inmuebles e instalaciones para el comercio (centros comerciales).
Y el gobierno mismo, desde el 2014, dejó de invertir en equipos, porque la única rama del sector público que hace inversiones de ese tipo (Petroecuador) se quedó sin plata, porque su dueño nunca ahorró.
Finalmente, la única manera de lograr que los trabajadores ganen más es hacerlos más productivos. Para que un empleado sea productivo hay que darle educación y proveerle de equipos y máquinas. Y si se destina muy pocos recursos a este último rubro, se está condenando a los empleados a no mejorar sus ingresos. A que sea pobre, pero tenga carreteras.