Con la adopción del dólar, Ecuador cedió autonomía en el manejo económico y estrechó aún más su vínculo con los EE.UU. Por ejemplo, sabemos desde hace tiempo que el país ya no puede devaluar su moneda para compensar un descenso en los precios del petróleo ni que tampoco puede adoptar una política monetaria activa para amortiguar los efectos de una recesión mundial.
Ahora, la competitividad de las exportaciones ecuatorianas depende, en gran medida, de lo que los EE.UU. hagan con el dólar; y la actividad productiva local es más sensible que antes a un cambio en las tasas de interés norteamericanas. El desempeño económico del país está –nos guste o no– estrechamente ligado al comportamiento de la economía más grande del mundo.
Cabe, entonces, preguntarse lo siguiente: ¿conocemos con exactitud la condición de la economía norteamericana? ¿Entendemos en detalle sus mercados e instituciones? ¿Sabemos con certeza la agenda del Gobierno de Trump con respecto a América Latina y Ecuador? Que yo sepa, ninguna universidad o entidad pública o privada en el Ecuador cuenta con un centro de estudios norteamericanos. Y, de lo que conozco, muy pocos países latinoamericanos –Brasil y Cuba, entre ellos– monitorean sistemáticamente el desempeño de la primera potencia mundial.
Dada la importancia que los Estados Unidos tienen para el país, sería deseable que entidades públicas y privadas crearan un equipo que se dedique a estudiar el funcionamiento de la sociedad, la política y los principales mercados norteamericanos. La presencia de Trump en la Presidencia de aquel país –un personaje impredecible, por decir lo menos– hace aún más urgente la necesidad de entender todos esos aspectos a detalle.
En ausencia de una política monetaria y cambiaria, Ecuador deberá esforzarse por entender el carácter de su principal socio económico, a fin de anticipar eventos que puedan beneficiarle o perjudicarle.
La importancia de facilitar el comercio y la inversión en el país es aún más evidente si se toma en cuenta que durante los próximos años la economía norteamericana va a necesitar trillones de dólares para financiar su déficit fiscal. Esto significa que durante los años que vienen el capital fresco será un recurso relativamente difícil de conseguir, porque la economía más grande del planeta absorberá la mayoría de los ahorros disponibles a escala mundial.
Las tasas de interés en los EE.UU. seguirán subiendo para reflejar esa mayor escasez relativa de capital y países como el Ecuador deberán ofrecer mayores primas para atraer inversiones al país. ¿Está el país preparado para enfrentar estos retos? Lo estaría mejor si contase con un centro que estudie la sociedad y los mercados estadounidenses.