Como si las turbulencias del intento separatista no fuesen suficientes, como si los impactos económicos no hubiesen causado demasiado daño a Cataluña y a Barcelona, ahora el as del fútbol mundial pone reparos en su contrato si el separatismo avanza.
El afán separatista ha perturbado la vida de la comunidad de Cataluña. Las ideas sobre la independencia y la expresión de ellas son respetables, pero los efectos han sido perjudiciales para toda la gente, para Cataluña y para España.
En lo político la tesis separatista se viene incubando desde hace tiempo. Tanto en el gobierno de la Generalitat cuanto en el parlamento catalán la atención prioritaria ha dejado de lado otros temas importantes.
El intento de la proclamación de independencia condujo a los líderes separatistas más influyentes a la cárcel o al exilio. Forzó una tensión callejera y una represión preocupante y llevó al Estado español a acudir a la Constitución para disolver el parlamento autonómico y convocar elecciones.
Esas elecciones dieron un varapalo al partido del poder español, PP, pero Ciudadanos, con tesis más frescas y firmes se impuso. Sus líderes no quieren dejar España. Sin embargo de constituirse Ciudadanos en la primera fuerza, las dos corrientes pro separatistas de centroderecha e izquierda tienen mayoría en el Parlament.
El otro efecto fue el económico. Más de 2000 empresas cambiaron sus domicilios y amenazan con dejar Cataluña si algún momento el separatismo gana la partida. El impacto es duro y la economía autonómica y de toda España sufre consecuencias.
De todo eso hemos reflexionado con frecuencia y desde hace tiempo en esta columna. También advertimos con anticipación el efecto en el fútbol. Parece impensable que el Barcelona deje la liga española y se vea obligado a abandonar la Champions League. Por ahora ‘Lío’ Messi forma el lío, con una supuesta cláusula de dejar al Barcelona si se concreta la independencia.