El narcotráfico está instalado en todo el país y la narcoguerrilla en la frontera norte, con colaboradores, informantes y, de seguro, con grupos armados ocultos en la selva. El Ecuador está amenazado por la violencia extrema. Se requiere actuar de urgencia, pero sin precipitaciones que causen víctimas, y disponer de un plan que: -cuente con una eficaz inteligencia; -imparta correctas medidas de control de la población y sus recursos; -procure el apoyo de la gente ; -disponga de fuerzas bien preparadas para este tipo de combate; tenga un eficiente sistema de operaciones sicológicas.
Para no actuar a ciegas se requiere de personal de inteligencia debidamente preparado y equipado con la más alta tecnología, para que pueda obtener información confiable, aún en las condiciones más difíciles, procesarla correctamente y difundirla con oportunidad. Puede solicitarse apoyo externo. Como es necesario cubrir el área del conflicto y todo el país, ya que pueden surgir focos de violencia destinados a aliviar la presión que se ejerza sobre los delincuentes del norte, ha de incrementarse los elementos de inteligencia.
Es necesario un estricto control de las vías terrestres, marítimas y fluviales, con puestos permanentes y patrullas móviles que operen de sorpresa, capturando combustibles, armas, municiones, explosivos, precursores químicos, droga y abastecimientos. En las ciudades, poblaciones, puertos y aeropuertos debe vigilarse a los sospechosos de traficar con elementos prohibidos y a los sicarios, informantes y colaboradores. Todo con el fin de aislarlos, inmovilizarlos y capturarlos.
Como es decisivo el apoyo de la población, el Gobierno necesita, rápidamente, mejorar la educación, salud, vivienda, servicios básicos y vías de comunicación en el área en conflicto, y crear empleo, brindando asistencia financiera y técnica a las actividades agropecuarias, industriales, artesanales, etc.
A las Fuerzas Armadas y la Policía debe dotárselas del personal suficiente para asegurar todo el territorio nacional, y armarlas y equiparlas con la más alta tecnología. Para ello ha de buscarse apoyo de países que disponen de experiencia de combate y recursos. Para operar se debe disponer de inteligencia y contrainteligencia que las preserve de sangrientos errores ante un adversario que conoce a la perfección el terreno, tiene larga experiencia, cuenta con buen armamento y equipo y dispone de informantes camuflados.
Para que la fuerza pública esté debidamente motivada y no cometa abusos o errores que provoquen el odio de la población, debe estar correctamente instruida y orientada.
Las operaciones sicológicas han de acompañar al control de la población y sus recursos, a las acciones de desarrollo del gobierno y a las operaciones de inteligencia y de combate, para difundir y resaltar los aciertos o explicar los errores.