Vender en Hanoi

Hace poco, Colombia y Perú abrieron una oficina comercial conjunta en Hanoi, la capital de Vietnam. La medida es muy sensata desde varias perspectivas y al Ecuador le sentaría muy bien madurar y juntase a iniciativas similares. En general, nos sentaría bien acordarnos que existe un mundo inmenso al que podemos venderle cosas, empezando por un enorme país llamado Brasil.

La lógica de poner una oficina comercial en Hanoi es abrumadora. Vietnam es un país con una economía muy dinámica, que ha podido mantener un crecimiento anual de 7% en los últimos 25 años y que se ha convertido en un imán para la inversión extranjera.

Claro que todo tiene sus costos y para países pequeños como Perú o Colombia debe ser caro mantener toda una oficina en Hanoi y, por lo tanto, tomaron la sabia decisión de compartir costos. Sólo piense usted lo complicado (y caro) que debe ser conseguir un traductor vietnamita-español.

El Ecuador no tiene oficina comercial en Vietnam, posiblemente porque es muy caro tenerla o quizás porque no se da la importancia necesaria a nuestra apertura hacia la cuenca pacífica.

Una opción sería compartir costos con países amigos, pero eso tiene poco sentido si no compartimos la visión de cuán importante es el comercio exterior, mas aún para un país pequeño como el nuestro, que representa 1‰ de la economía mundial (ese símbolo es el “por mil”, porque la economía ecuatoriana es un milésimo de la mundial) y que sólo puede crecer si se enfoca en vender al exterior.

Y la importancia de los países asiáticos del Pacífico estriba en que ahí es, justamente, donde se espera que haya más dinamismo económico en las próximas décadas. Así, parece sensato ir desde ya tratando de buscar mercados por allá. También sería ideal que entremos a la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) que busca armar una estrategia común de los principales países latinoamericanos de la Costa Pacífica, para entrar a los mercados del Asia.

Aún más interesante sería buscar ser miembros del foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) donde 21 países buscan promover el comercio en la región. Todo eso sería lo ideal, pero antes que nada hay que cambiar el enfoque que se da a la apertura comercial y al comercio exterior.

Porque es tan baja la importancia que damos promover nuestras exportaciones que el Ecuador lleva casi un año sin tener embajador en Brasil (como lo explicó Fernando Larenas en esta página de opinión), a pesar de que esa es la mayor economía de América Latina y representa un enorme potencial para nuestros productos, justo ahora que está saliendo de su crisis. Y ahí los costos serían pequeños porque el país ya tiene embajada en Brasilia. Lo que falta es la voluntad de hacer negocios.

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