Los piratas informáticos continúan introduciéndose con monótona regularidad en sistemas y bases de datos protegidos en forma extrema. Y ahora hay un nuevo y tentador objetivo para los ciberataques: las centrales nucleares de todo mundo.
La alarma ya la hizo sonar la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que urgió a la comunidad mundial a intensificar los esfuerzos para proteger las plantas nucleares de posibles ataques informáticos.
Señalando que la industria nuclear no era inmune a esa clase de ataques, el director general de la AIEA, Yukiya Amano, dijo que debería realizarse un serio intento por proteger el material nuclear y radiactivo, pues “los informes de ciberataques, reales o intentos, prácticamente ocurren a diario”.
En Estados Unidos, los sistemas de protección en el Pentágono (Departamento de Defensa) y en sus agencias de inteligencia ya se vieron comprometidos por ‘hackers’ (piratas informáticos), principalmente de Rusia y China. Ahora entre las autoridades del país crece la preocupación por posibles ciberataques de organizaciones terroristas, específicamente del extremista Estado Islámico (EI), con masiva y sofisticada presencia en las redes sociales.
Irónicamente, se señala que Estados Unidos colaboró con Israel para lanzar un ataque con virus informáticos contra un programa de enriquecimiento de uranio de Irán, hace ya años.
Tariq Rauf, director del Programa de Desarme, Control de Armas y No Proliferación en el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri), dijo que las plantas nucleares y la industria atómica en general dependen de modo intensivo de sistemas y códigos informáticos. A este respecto, sostuvo, es deplorable que en los últimos años Israel y Estados Unidos hayan tomado por blanco el programa iraní de enriquecimiento de uranio con códigos malignos y virus, iniciando así una ciberguerra no provocada, agregó.
Stuxnet, el virus informático introducido por estos dos países en el programa nuclear iraní, ahora se filtró hacia otros programas en otros países, advirtió Rauf, exjefe de la unidad de Verificación y Coordinación de la Política de Seguridad en la AIEA.Según Rauf, la ciberguerra a nivel del Estado es mucho más peligrosa, y es difícil defenderse de los ataques realizados por ‘hackers’, aunque el pirateo de los sistemas de seguridad nuclear por aficionados o delincuentes también plantea importantes riesgos para los materiales radiactivos.
Randy Rydell, exfuncionario político en la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas, dijo que la pregunta real no es sobre las capacidades sino sobre la motivación: “¿Por qué alguien querría lanzar semejante ataque?”. La respuesta, aseguró, es política.
Amano señaló que solo el año pasado hubo casos de ataques al azar basados en códigos malignos contra plantas nucleares, y que esas instalaciones fueron objetivos específicos.
iPS