Enfoque Internacional
En el año que comienza, la Unión Europea, Estados Unidos y China serán actores destacados en materia de comercio internacional. El rumbo que estas importantes economías tomen, tendrá influencia en América Latina y el mundo en el corto y mediano plazos.
El precedente que el Brexit estableció en otros países europeos y el “reacomodo” comercial que ha comenzado a diseñar la Unión Europea, crean mucha incertidumbre a nivel mundial. El debate se genera en torno al papel que Gran Bretaña tendrá en el futuro dentro del Mercado Común Europeo. Un Brexit “light”, en el cual se otorga un status de no alejamiento completo, versus el Brexit “duro” que habla de una salida total del Mercado Común, tendrán también una importante repercusión en el comercio mundial y en el futuro de la integración europea.
Por otro lado, el triunfo de Trump hará que con los Estados Unidos sea difícil la negociación de tratados multilaterales y el acceso comercial al mercado norteamericano se complicará más. La intención de renegociar el NAFTA y salir del TPP ha generado mucho nerviosismo e interrogantes en sus habituales socios comerciales.
El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés), el proyecto de zona de libre comercio más grande del mundo, que busca unir el Pacífico con Asia, integrado por 12 países (incluidos 3 latinoamericanos), que supone 800 millones de personas y que representa el 40% del PIB Mundial, estará en terapia intensiva, prácticamente sin posibilidad alguna de que entre en funcionamiento pleno con la salida norteamericana, si esto llega a ocurrir.
Finalmente, y fiel a su estrategia geopolítica de incrementar su influencia en la región latinoamericana, China se convertirá en un actor clave. El eventual vacío que dejarán los Estados Unidos con sus políticas proteccionistas, procurará ser ocupado por el gigante asiático que seguramente querrá acelerar sus nexos comerciales con los países de la región e incrementar de manera significativa su presencia en el comercio mundial. Si bien China no es el ejemplo de apertura comercial, pues ocupa el puesto 63 en el Índice de Facilitación de Comercio Mundial y su arancel promedio bordea el 11%, utilizará esta oportunidad para dar impulso a su objetivo de superar a los Estados Unidos como el poder económico más importante en el mundo para el año 2 030.
Los países de América Latina deberán ser pragmáticos para captar las oportunidades comerciales que estos escenarios generan. Por convencimiento o necesidad, deberán buscar el incremento de sus exportaciones. Políticas públicas claras, estabilidad normativa y apoyo decidido a la exportación son claves en la coyuntura actual. Los acuerdos de integración comercial inteligentemente negociados, cuidando los sectores vulnerables y haciendo respetar las asimetrías, generarán crecimiento, empleo y nueva inversión.
Sebastián Borja Silva
Columnista invitado