Puede que el año que se inicia sea venturoso. ¿Idealicemos? Es el capitalismo de rostro humano el que representa el presidente Obama en la historia de los Estados Unidos. Ha sorprendido al mundo al dar los pasos que a Cuba le llevarían a la práctica de un socialismo también de rostro humano. Obama y Raúl Castro, protagonistas de procesos, han recibido inclusive la bendición del papa Francisco, que bien necesitados están de la ayuda de Dios.
A Obama se le ve canoso, envejecido. Las corporaciones y el Partido Republicano, que es decir lo mismo, no le han dado tregua. Se han opuesto a todo, inclusive a un sistema universal de salud. En el país más poderoso y opulento, un 15 por ciento de los ciudadanos se hallaba marginado de socorro alguno en caso de enfermedad, como no ser la vergonzante caridad pública o privada.
A Obama se le ha visto oponerse heroicamente a invasiones justificadas en patrañas. Los más ricos se han visto obligados a pagar impuestos mayores, proporcionales a sus inmensas fortunas. Las corporaciones ya no determinan la política internacional del país más poderoso del planeta.
El Presidente de los Estados Unidos sorprende por su pensamiento político de tan largo alcance: “Todos somos americanos”. A todos nos corresponderá participar en la creación de fuentes de riquezas que nos beneficie a todos en un continente inmensamente rico. Cuando llegue el día en que todos seamos americanos, China y Rusia nada tendrán que hacer en nuestro espacio.
Está por verse si el capitalismo salvaje mantiene el embargo económico que sufre Cuba. Está por verse si el pueblo norteamericano comparte los sueños del negro Obama y elige como su sucesor a otro demócrata de la misma talla.
¿Socialismo de rostro humano en Cuba? Comenzando porque la naturaleza humana rechaza la imposición de dogmas, los cambios que se esperan apuntan a la médula del castrismo marxista-leninista, aún vigente, con acomodos, es verdad, por razones de asfixia económica.
Vistos los Estados Unidos a los ojos cubanos como un país amigo, con el que se irán produciendo vínculos cada vez más estrechos, se habrá iniciado el ocaso de aquel nacionalismo del que fue paladín Martí. ¿No se sentirán tocadas de muerte las poderosas Fuerzas Armadas cubanas? La educación cubana, admirable en algunos aspectos, animada por ideólogos marxistas-leninistas ¿se adaptará a los nuevos tiempos? De aceptarse que la libertad de expresión es un derecho básico, ¿en qué rincón del aparato estatal se le ubicará a Gramma, el diario oficial y único? No hablemos de la nueva clase social surgida al calor de la revolución, con dos generaciones de beneficiarios. ¿Se adaptará a los nuevos tiempos y prosperará como en Rusia? A mi juicio, con los hermanos Castro es poco lo que puede esperarse. Sin embargo, el proceso de cambio se habrá iniciado.