Una misteriosa señal de radio —que parecía provenir de las constelaciones de Piscis y Aries en las profundidades del espacio—, recibida en tres ocasiones por el telescopio de Arecibo en Puerto Rico el 2003, intrigó a los astrónomos porque pudo proceder de una civilización extraterrestre.
Maurice Chatelain, jefe de comunicaciones de la NASA, declaró hace varios años que “los vuelos de Apolo y Gémini fueron seguidos a distancia —y a veces de cerca— por vehículos de origen extraterrestre” y que, cuando eso ocurrió, las autoridades militares norteamericanas ordenaron silencio absoluto.
Y es que es científicamente absurdo suponer que entre los centenares de millones de planetas la Tierra sea el único habitado.
Como parte de los esfuerzos de búsqueda de vida extraterrestre, 73 científicos de doce países, utilizando la nueva técnica de microlentes gravitacionales, descubrieron el 2005 un planeta extrasolar muy parecido a la Tierra ubicado en la constelación de Sagitario, a unos 20 mil años-luz de distancia de nosotros. Su tamaño es 5 veces mayor que la Tierra y orbita alrededor de una estrella 5 veces más pequeña que el Sol.
En abril 2007 astrónomos europeos, mediante el telescopio espectrográfico más preciso del mundo en ese momento —el High Accuracy Radial Velocity Searcher—, instalado en el observatorio de “La Silla” en Chile, descubrieron un planeta muy parecido a la Tierra, capaz de albergar vida: el “Gliese 581 c.”, que orbita alrededor de la estrella Gliese 581 en la constelación de Libra, a 20,5 años-luz de distancia de nuestro planeta, y reúne las características que “permiten imaginar la existencia de una eventual vida extraterrestre”, según afirmaron quienes participaron en el descubrimiento. Tiene una masa 5 veces más grande que la Tierra, su gravedad es 2,2 veces mayor y está parcialmente cubierto por océanos. Es un planeta muy parecido a la Tierra fuera del sistema solar. Su temperatura se sitúa alrededor de los 20 grados Celsius. Completa una órbita en torno a Gliese 581 —cuya masa es un tercio de la del Sol— en 13 días.
Y en el 2012 un equipo internacional de astrónomos del European Southern Observatory (ESO), situado en el desierto de Atacama en Chile, informó que había descubierto un nuevo grupo de planetas ubicados a 42 años-luz de distancia de la Tierra, entre los que estaba uno potencialmente habitable, cuya masa —siete veces mayor que la de nuestro planeta— presumiblemente posee agua y está rodeada de una atmósfera estable. Este nuevo “exoplaneta” guarda con su sol —la estrella HD 40307— una distancia parecida a la de la Tierra con el Sol y gira en torno a su eje al tiempo que orbita alrededor de su astro central, por lo que pudiera tener ciclos diurnos y nocturnos parecidos a los de la Tierra.