Mientras la crisis económica golpea a la mayoría, con el aumento del desempleo peor que hace 10 años, la galopante corrupción que se intenta minimizar desviando la atención con el proyecto de ley que pretende subir al 75 % el impuesto a la plusvalía en la ganancia extraordinaria, el proceso de desinstitucionalización organizada de FF.AA. camina por un terreno minado por las secuelas que pueda tener.
La desinstitucionalización organizada se ha dado en todos los campos y los militares no han sido la excepción, porque no se sumaron al proyecto político como en Venezuela. Se ha descabezado periódicamente a altos oficiales que cumplieron su deber de reclamar la verdad ante anuncios falsos como el funcionamiento de los colegios militares y liceos navales, las pretensiones ilegales contra el Issfa y otros de menor grado porque respondieron a las provocaciones del poder. Los militares han tenido que soportar maltratos, insultos, ofensas a su dignidad y calificativos denigrantes como trogloditas y fascistas.
En lugar de fortalecer a la institución y preocuparse de mejorar su capacidad operativa que está seriamente afectada, han impulsado un proceso para sacar a aquellos oficiales que no se alinearon totalmente al poder. El Ejecutivo tiene la atribución constitucional y legal para hacer los cambios pero no se puede generar inestabilidad con comandantes de minutos que luego son relevados hasta llegar a quienes considera sus aliados. Así han cambiado las instituciones y funciones del Estado para someter al pensamiento único.
El Estado ha invertido ingentes recursos durante más de 30 años para formar mandos militares y no se puede desbaratar porque no se allanan al plan político. Creen que poniendo supuestos amigos o seguidores controlarán la situación. Los comandantes deben tener presente el mandato constitucional, art. 159, que serán responsables de las órdenes que impartan y que la obediencia a las disposiciones superiores no les eximirá de responsabilidad a quienes ejecuten, más aún cuando hay una administración que terminará sus funciones en mayo próximo. Pongan a quien pongan sería bueno saber si alguien está dispuesto en el Issffa a firmar por sobre una escritura pública la eliminación del monto por la venta de los terrenos de Los Samanes. Igual en otros temas castrenses. Ellos tendrán que responder pronto por sus acciones u omisiones.
Hablan de militares indisciplinados en una institución cuyo principal valor es la disciplina y sin reparar que hay conciencia y malestar en cuarteles y academias por todo lo que han hecho. Los indisciplinados son aquellos que han manejado con irresponsabilidad las finanzas públicas y que le dejarán al próximo régimen, venga quien venga incluido si llegara a ganar el candidato oficial, un alto endeudamiento externo e interno, cuyas cifras ni siquiera están claras, y un enorme hueco fiscal.