El 3 de diciembre de cada año se conmemora el Día Internacional del Personas con Discapacidad. Alguien puede nacer con una discapacidad o adquirirla por múltiples causas: enfermedades, accidentes, guerras, desnutrición infantil, cambio climático; pero ciertamente, todos tendremos alguna discapacidad al envejecer. Por lo tanto, no es la realidad de una minoría –a la que se ha ignorado, discriminado e intentado volver invisible–, sino la de todos nosotros.
Es un reto para las sociedades del mundo cambiar para ser inclusivas e incorporar la diversidad y las capacidades diferentes. Las personas con discapacidad visible e intelectual según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial son mil millones en el mundo. La población que supera los 65 años corresponde a 800 millones. Si a esta cifra se añaden las familias involucradas, fácilmente se supera 3.500 millones, la mitad de la población mundial. También las denominadas “enfermedades mentales” como la depresión afectan a 670 millones de personas según cifras mundiales y perjudican gravemente la urdimbre social y hasta económica. Por ello, debemos tomar conciencia y cambiar nuestras actitudes que son muchas veces producto del miedo y el desconocimiento.
Tuve el honor de presidir el Grupo de Trabajo que elaboró la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos para Personas con Discapacidad (CRPD, por sus siglas en inglés), del 2002 al 2005, cuando fui Embajador ante la ONU en Nueva York. Estuve presente en la Asamblea General cuando se aprobó el texto el 13 de diciembre del 2006. El entonces Vicepresidente Lenín Moreno firmó la Convención en representación del Ecuador, que fue el país número 20 que ratificó este instrumento, lo que la puso en vigencia.
La CRPD es el primer tratado de derechos humanos del siglo XXI y el más exitoso, ya que 175 de los 193 países miembros lo han firmado y ratificado. Su vigencia ha significado un cambio paradigmático para las personas con discapacidad a nivel mundial, al volver este tema uno de alcance mundial de derechos. Basta señalar que en los Objetivos del Milenio en el 2000 la discapacidad no estuvo contemplada, pero hoy sí lo está en los Objetivos de Desarrollo Sostenible cuyas metas se establecen para el año 2030.
El Ecuador ha tenido un papel destacado en este campo. Personas como el doctor Rodrigo Crespo Toral, quien aportó significativamente al avance de esta causa en el país, y sin duda lo que hizo el Presidente Lenín Moreno a escala nacional cuando fue Vicepresidente e internacionalmente como Representante Especial del Secretario General de la ONU, ha significado que nuestro país esté a la vanguardia de la agenda internacional.
Falta un largo camino para eliminar la discriminación y construir sociedades más inclusivas, más equitativas y permitir a las personas con capacidades diferentes estar íntegramente incorporadas.