Hasta que se armó el super clásico de la política ecuatoriana, un caso de interés para los lectores luego de nuestro artículo-anécdota del domingo anterior “Borja vs. Velasco Ibarra”. Lo cierto es que llegaron las elecciones presidenciales de 1960 y quedaron frente a frente, listos para el choque, dos personajes de alto nivel en el escenario ecuatoriano. Nada menos que Velasco Ibarra y Galo Plaza. ¿Se podía pedir algo más? Imposible
.Por supuesto, el doctor José María Velasco Ibarra -a quien unos le llamaban “profeta” y otros “loco”- era el orador popular más famoso de la época. Fue lanzado como candidato por sus amigos ricachos y por sus partidarios pobretones. Antes ya fue elegido Presidente en 1934, en 1944 y en 1952, aunque se cayó dos veces y solo entregó el mando en 1956. Como siempre, se fue al retiro en Buenos Aires y allí aceptó la nueva candidatura. Lo hizo con entusiasmo, murmurando: ¡qué hermoso será derrotar al Patrón Galito para demostrarle que el Oriente no es un mito!
Galo Plaza no quiso aceptar la postulación. “Yo no quise nunca ser Presidente por lo que vi sufrir tanto a mi padre” (el dos veces presidente general Leonidas Plaza Gutiérrez) fueron sus palabras. En realidad, estudió agricultura en la Universidad de Maryland, USA, nada de ciencias políticas.
Cuando volvió al Ecuador se dedicó a la hacienda Zuleta y prefirió torear en la Plaza Arenas y jugar fútbol en el Gladiador antes que meterse en temas políticos. Pero le hicieron Ministro y luego le convencieron y le candidatizaron para la Presidencia. Ganó estrechamente -en 1948- al conservador Manuel Elicio Flor: 115 769 votos por 112 357.
Protagonizó la hazaña de gobernar cuatro años, algo casi imposible en la época, impulsó los negocios -especialmente bananeros- y fue un Presidente sereno que terminó aliándose con los socialistas, aunque le decían que era gringoide . Luego se despidió para siempre de Carondelet. No y no fue su respuesta cuando le rogaron volver a la escena para enfrentar al invencible Velasco Ibarra. Hasta que otra vez se dejó convencer.
La “entrada” del Profeta a Quito, el 19 de marzo de 1960, fue el momento culminante. Velasco Ibarra le daba palo a Plaza en oratoria popular y así lo demostró cuando habló a su querida “chusma” -palabra que usó despectivamente un dirigente placista- mientras el populacho velasquista bramaba “no nos han dado chompas”, aludiendo a la plata del placismo.
Seis presuntos velasquistas murieron en la “entrada a Quito” y todos los candidatos reclamaron por lo menos “un muertito”. Velasco Ibarra habló en La Alameda pero le falló la Radio Tarqui y el velasquismo acusó a “los terroristas” del placismo. El público yacía tan aturdido que se olvidó de que ese día llegaban a Quito Pelé y otras estrellas del club brasileño Santos para enfrentar al Aucas.
Por supuesto, el huracán de Buenos Aires, Velasco Ibarra, dio una paliza histórica e histérica al “Patrón Galito” (369 461 votos por 179 705) y el “Profeta” estuvo listo para caerse. Plaza se dedicó a ganar en dólares: Jefezazo de la OEA y gran mediador de la ONU. ¡Qué anécdotas!