El Código Orgánico de Salud

La acertada intervención del entonces candidato presidencial Lenin Moreno, al solicitar se difiera la aprobación del Código Orgánico de Salud para el actual ejercicio legislativo, ha abierto una promisoria coyuntura que ojalá conduzca a una ley que ponga proa al sector, al garete hace tiempo. Son varios los pendientes a incluir, sin ambigüedades, con los atributos propios de una ley: mandar, prohibir o permitir.

Lo primero: superar la orientación curativa dominante y priorizar la prevención de enfermedades y la promoción de la salud.

Hace más de 40 años, antes incluso del posicionamiento mundial de la Atención Primaria de Salud como núcleo del “sistema nacional de salud y del desarrollo social y económico de la comunidad”, el ministro de salud canadiense Lalonde publicó un revolucionario estudio de salud pública; el sistema de atención sanitaria apenas influía en un 15 por ciento sobre el estado de salud de la población, mientras que sinergias sobre otros factores, entre ellos ambiente y estilos de vida, daban cuenta del 85 por ciento restante. Paradójicamente el 85 por ciento de recursos se destinaba a servicios de salud. Canadá actuó responsablemente y con base en tales evidencias, desarrolló una política de Estado para corregir el grosero desbalance y enfocarse en mejorar la salud de los canadienses. Así, no es por azar que allá se haya generado un poderoso manifiesto; la “Carta de Ottawa para la Promoción de Salud” y que Canadá exhiba, hace rato, indicadores de salud de excelencia.

La descoordinación entre servicios de salud, especialmente del Ministerio de Salud y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, con las consiguientes duplicaciones e ineficiencias, es otro asunto postergado que no puede continuar, más aún frente a conocidas restricciones económicas. En respuesta deben materializarse expresas disposiciones constitucionales; Sistema Nacional de Salud, que optimice y sume recursos - hoy dispersos - para posibilitar cobertura universal y; modelo de salud familiar basado en Atención Primaria de Salud, a implementarse en una efectiva red de servicios. Temas relevantes, entre ellos; alimentación, saneamiento, práctica profesional, medicamentos, roles de gobiernos locales, enfermedades catastróficas, salud sexual y reproductiva, deben abordarse bajo el prisma integrador del Sistema Nacional de Salud.

Una ley técnicamente sustentada, financieramente respaldada y ampliamente consensuada es necesaria. No obstante hacer efectivo el derecho a la salud de los ecuatorianos, demanda también un viraje categórico respecto de la limitada gestión anterior, pródiga en hierro y cemento pero huérfana de visión de salud pública. Incluir la salud en el Diálogo Nacional liderado por el Presidente Moreno será un paso firme en la dirección correcta.

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