El anuncio oficial de proyectos de leyes sobre los impuestos a las herencias y a la plusvalía abre nuevas preocupaciones, especialmente por su impacto contra la clase media -e incluso la clase baja- por los montos reducidos de base para ello.
Si bien el impuesto a las herencias, legados y donaciones ya se cobra, el anuncio oficial de la reducción de la base imponible a los 100 salarios; es decir, desde los USD 35 400, resulta muy bajo y va a impactar a la gran mayoría de quienes poseen un bien.
Un departamento o una casa pequeña, modesta, de acceso a una persona de clase media en la actualidad, cuesta mucho más de esa cifra base y por esa necesidad acude a un préstamo hipotecario para adquirir este bien inmueble. Un joven, profesional o no, que empieza su vida laboral y que piensa adquirir una vivienda, puede obtener estos recursos.
Estos bienes, según el anuncio oficial, deberán pagar el impuesto a la herencia, con lo cual cambiaría la tabla de cálculo para el cobro de este tributo y que hoy está en vigencia desde alrededor de los USD 69 000. Igual puede suceder con personas de clase baja que disponen de un bien, por legado o por compra a través de sus ahorros, que tenga un avalúo desde los USD 35 400, que sigue siendo muy bajo.
Igual sucede con la plusvalía. En la práctica, qué pasa con una persona de clase media o baja que adquirió con sacrificio una vivienda y que por el mejoramiento de su nivel de vida, ascensos profesionales o prosperidad en su trabajo cotidiano pretende tener una mejor casa. Para ello, necesita vender su primer bien.
Adquirió con sacrificio y endeudamiento un patrimonio tan pequeño, que le va a servir de base para mejorar su propiedad, al que hoy se pretende causar nuevos impuestos porque ya paga a nivel seccional.
Si todo iría bien en la economía ecuatoriana, como se dice y se espera que ello ocurra, si la crisis va pasando, si las cuentas fiscales están sólidas, si el nivel de endeudamiento no debería preocupar, a pesar de su notable crecimiento, ¿por qué se quiere castigar con estos tributos a las clases media y baja? Aunque el sistema de recaudación de impuestos ha sido exitoso, ¿por qué seguir con esta política cuando ya la carga impositiva es alta en el país?
A ello se suma la inestabilidad en las reglas de juego, las reformas que introducen periódicamente para lograr mayores ingresos y seguir con el enorme gasto público. Está bien que se cobre más a los que más tienen y se busque reducir los niveles de inequidad, pero por necesidades del Fisco no se puede asfixiar a las clases media y baja.
Lo que se tiene que generar es confianza, seguridad y estabilidad para lograr mayor inversión nacional y extranjera y con ello fomentar la generación de mayores fuentes de trabajo y la formalización de quienes están en el subempleo o en el “empleo inadecuado”, como hoy se denomina pero que resulta lo mismo.
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