Mi grupo de ciclismo enfrenta una decisión compleja en las próximas semanas, ya que deberá elegir un presidente, quien tendrá la delicada responsabilidad de convocar, organizar y liderar los paseos ciclísticos de la temporada 2013.
La elección se produce cuando el presidente en ejercicio ha sido acusado de autoritarismo al buscar imponer las rutas que debe seguir el grupo, ignorando las propuestas alternativas de algunos ciclistas y justificándose en el hecho de haber sido elegido por mayoría el año pasado.
También ha sido acusado de manejar indebidamente las contribuciones que cada ciclista hace a un fondo común, que sirve para pagar por el abasto y el refrigerio de cada paseo. Una notoria mejoría en la calidad de su indumentaria y equipo deportivo, motivó que algunos pidan una auditoría. Dicho requerimiento ha sido bloqueado por los ciclistas que durante el último año “pasaron de agache” a la hora de contribuir a dicho fondo y vivieron a costa de una minoría que debió hacer pagos extraordinarios para cubrir los permanentes déficit.
En la presente campaña electoral, el ciclista identificado con la “izquierda” ha hecho propuestas que lucen muy “progres”, pero también algo ridículas. Por ejemplo, propone alcanzar paridad de género en todos los paseos de la temporada y abrir la posibilidad a que cualquiera pueda participar, independientemente de su habilidad para el ciclismo.
También ha planteado unificar en un nivel de “gama media” las características de todas las bicicletas, para evitar así que las diferencias en el poder adquisitivo de los distintos miembros del grupo, tengan algún impacto en el desempeño ciclístico individual. Alternativamente ha propuesto que el aporte destinado a pagar el abasto y el refrigerio de cada paseo, sea directamente proporcional al precio de mercado de la bicicleta que posee cada uno de los ciclistas que en él participen.
Por otro lado, ciertas propuestas del ciclista identificado con la “derecha” y que pretenden potenciar el desempeño ciclístico individual, lucen algo “insensibles”. Por ejemplo, la de eliminar el “fondo común” que se destina al refrigerio a fin de que cada ciclista pague exactamente por su consumo personal. Si alguno olvida traer efectivo al paseo, pues simplemente no podrá alimentarse e hidratarse.
También quiere terminar con la costumbre de que los ciclistas de mejor desempeño se detengan a esperar a aquellos que se quedan atrás, para así asegurarse de que el grupo completo termine el paseo sano y salvo. De ser elegido, exigirá que cada ciclista se enfoque en completar el recorrido en el menor tiempo posible, ignorando a los que se van quedando, incluso si sufrieron una falla mecánica o un accidente.
En fin, aquí también cada candidato con su “tema”, cuando los ciclistas lo único que queremos es que nos dejen pedalear en paz.