Un novedoso proyecto energético impulsado en Chile pretende combinar una central hidráulica de bombeo, que operará con agua del mar, con otra solar fotovoltaica, a fin de garantizar un suministro limpio y constante de energía en el desierto de Atacama, el más árido del mundo.
La iniciativa podría parecer inviable, considerando la extrema aridez de la zona y la escasez de agua donde se ubica: el norte del país, donde el consumo hídrico y de energía es acaparado por las grandes empresas mineras de cobre, oro y plata.
Pero ya generó el interés de inversionistas locales y extranjeros y fue, además, reconocida en 2015 con el Premio Nacional de Innovación que entrega el Gobierno local.
“En ninguna parte del mundo se ha logrado ofrecer energía limpia y de base, las 24 horas del día, los siete días de la semana, a precios competitivos y sin subsidios”, afirmó Juan Andrés Camus, gerente general y uno de los dos fundadores de Valhalla Energía, la empresa promotora del proyecto.“Esa trilogía es algo único y no es una genialidad nuestra, sino que un tremendo regalo de la naturaleza”, añadió el ejecutivo de la compañía, creada bajo el principio de que Chile es un país pobre en las llamadas “energías del pasado, pero infinitamente rico en energías del futuro”.
Con una inversión de 400 millones de dólares, la central Espejo de Tarapacá funcionará como una gran batería de almacenamiento de energía, que comenzará a construirse a fines de 2016 y estaría operativa en 2020.
Incluye la instalación de una central hidráulica de bombeo, que durante el día llevará agua de mar a la parte superior de un farallón costero (alta roca saliente) utilizando energía solar, acumulándola en concavidades naturales ubicadas a 600 metros de altura.
Durante la noche, cuando no hay energía solar disponible, generará electricidad dejando caer ese agua por los mismos túneles. Así ofrecerá energía limpia y constante (las 24 horas al día, los 7 días de la semana), superando la intermitencia de las energías renovables.
El Espejo generará 300 megavatios y se ubicará en la caleta de San Marcos, en la región chilena de Tarapacá, en el extremo norte del país y a 100 km al sur de la ciudad de Iquique.
Paralelamente, la empresa construirá Cielos de Tarapacá, un adyacente parque solar foltovoltaico de 1 650, en la localidad de Pintados, que producirá 600 megavatios y cuya inversión se acerca a los USD 1 000 millones.
Este proyecto, que está a la espera de su permiso ambiental, funcionará con tecnología de ‘tracking’ en un eje, que sigue al sol durante el día desde oriente a poniente.
Las características centrales de los dos proyectos es que utilizarán las abundancias naturales de Chile y su geografía: el agua de mar, el farallón de gran altura ubicado en vastas zonas costeras del país y la radiación solar del desierto de Atacama.
IPS