La sociedad del conocimiento y la información permite un nivel alto de comunicación de lo que ocurre en el planeta. La difusión de la muerte del ex presidente Chávez es una muestra. Su figura, vida y función política ha sido ampliamente transmitida hacia el mundo entero. Las reacciones no dejan de sorprender. La plana mayor latinoamericana y buena parte de la mundial se ha conmovido frente a su partida, a tal punto de rendirle homenajes póstumos, se incluye la ONU.
Pareciera que la región suramericana hiciera parte del socialismo del siglo XXI, eslogan que lejos de ser una ideología, se ha mantenido por un discurso demagógico basado en el asistencialismo clientelista, el estatismo y la descalificación norteamericana y del mercado a través del insulto procaz y el menoscabo de la libertad.
Pareciera que la muerte de Chávez ha hecho olvidar en muchos personajes, que el coronel fue un golpista y que en 1992, como consecuencia de ese golpe, murieron alrededor de 50 personas, así como su forma populista de gobierno, cargada de adjetivos e ironías, y qué decir de la conducción económica de Venezuela, cuyos indicadores no pueden ser más reveladores: pobreza urbana cercana al 50%, desempleo 9%, deuda externa 29% del PIB, devaluación monetaria del peso del 50%, tasa de inflación 25%, e índices de corrupción y criminalidad de los más altos de América Latina.
Pareciera que se ha olvidado la destrucción de la institucionalidad venezolana, así como la espuria democracia, que deviene en flagrante inconstitucionalidad, al aceptar al señor Maduro como el presidente, sin haber sido elegido por el pueblo, en clara contradicción a la carta política que manda al presidente de la Asamblea asumir la presidencia en reemplazo del presidente Chávez, -quien no llegó a posesionarse-.
Qué lejanos se ven los años 70 y 80, cuando la región casi por unanimidad, sancionaba las violaciones de derechos humanos en Cuba, con la descalificación, aislamiento y bloqueo económico y comercial, como forma implícita de desacuerdo con su política de gobierno. Muchos años estuvo lejos de las instituciones latinoamericanas, sólo en el 2009 es aceptada en la OEA. Entonces si había coherencia, la historia es fidedigna, sus aliados la Unión Soviética, China, Corea y Alemania Democrática, eran efectivamente comunistas.
Pasará…, como pasó el socialismo en la URSS, en Europa Oriental, en la Alemania Democrática, solo queda esperar como los alemanes para derrumbar el muro de Berlín después de años de opresión totalitaria.
Más allá del pesar del fallecimiento de un amigo, este desfile de personajes incita a preguntar si se trata de diplomacia, doble discurso moral o simple argucia politiquera, que vuelve a los enemigos en amigos, a los demócratas en irreverentes y a los mesurados en socialistas, de la noche a la mañana.