¿Cómo “se solucionó” la crisis española? En julio del 2012, tras varias semanas de aguda tensión, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, declaró: “El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”. Ese día la Bolsa de Valores española tuvo la mayor subida en dos años, del 6%. Las solas declaraciones cambiaron drásticamente el ánimo en los mercados, posteriormente se ejecutaron políticas inéditas.
El BCE tiene el rol único de asegurar la estabilidad de precios en la zona euro (fundamentalmente lo hace determinando los tipos de interés, “el precio del dinero”); a diferencia de otros bancos centrales, como la Fed estadounidense, que también tienen el mandato de proteger el empleo.
¿Qué quiere decir esto? Que la BCE no puede prestar/financiar directamente a los Estados; como el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble explica: “Si un banco central financia la deuda de un Gobierno, es una versión moderna de la vieja costumbre de que el Gobierno al no tener más dinero, imprime más”. Además en la Eurozona esto no sería políticamente digerible porque si se crea inflación en toda la zona solo para rescatar a un país, eso equivaldría a que paguen todos, incluso los justos por los pecadores. Lo que se ha llamado mutualizar entre países la deuda a través de la inflación.
Entonces la BCE tenía prohibido, por los tratados constitutivos europeos, comprar deudas soberanas de los Estados miembros. Esta política ha sido muy criticada durante la crisis europea de la deuda de los últimos años (particularmente por países como Francia; Alemania siendo su último defensor).
Claro, es sumamente difícil aceptar un cambio tan importante de política monetaria, así que se aceptó una vía intermedia/indirecta: prestar dinero a los bancos. Esta medida ha permitido un disparo de las operaciones de “carry trade” (cuando un inversor pide prestado dinero con intereses bajos e invierte en activos que generen más interés); los bancos se endeudan frente al BCE con tasas microscópicas y con ese dinero compran y venden deudas soberanas que dan más interés. No es nada complicado, pero además se pueden hacer estas operaciones por montos astronómicos, casi ilimitados.
En otras palabras, igual se financió a los países, igual se terminó mutualizando la deuda, igual terminan pagando los contribuyentes europeos, pero esta vez aumentando un escalón innecesario, los bancos, que sacan una tajada jugosísima del negocio. Esta semana el Financial Times reportó que los bancos españoles están ganando miles de millones con su deuda española: Banco Sabadell por ejemplo hará así 40% de sus ingresos anuales. Señor migrante, no se vaya de España, hágase banquero.