La carambola o billar francés es un juego de precisión en virtud del cual un jugador manejando el taco da un impulso para que la bola asignada tope con las otras; en definitiva, tres bolas que se tocan en una jugada de arte y maestría.
¿Será posible que esto se logre en situaciones políticas que generen efectos interrelacionados entre ellas? En el siempre inquieto panorama de América Latina, en las próximas semanas coinciden la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina, los comicios legislativos en Venezuela y la aprobación de las enmiendas constitucionales en el Ecuador. Las previsiones de las frágiles encuestas permiten elaborar algunas hipótesis sobre resultados de las urnas y de la confusa legislatura ecuatoriana.
Con estos antecedentes, se vaticina el triunfo de Mauricio Macri en Argentina y, si no sucede algún tipo de violencia, la Mesa de la Unidad Democrática en Venezuela deberá cobrar la factura del desabastecimiento y la represión gubernamental.
En el Ecuador es difícil que se produzca una repercusión inmediata; máxime, que los líderes de la oposición padecen de algún tipo de anomalía y nadan corriente arriba y de espaldas.
Por eso, ¿cómo entender en el caso ecuatoriano, que luego de trascurrir casi el año para iniciar el segundo debate se anuncie la posibilidad de introducir disposiciones transitorias que impidan la reelección del actual mandatario y, en el otro caso, que desactiven la crecientes tensiones en el campo laboral? ¿Se trata de unas enmiendas a las enmiendas originales o reformas al proyecto inicial? ¿Le corresponderá a la Corte Constitucional estudiar y revisar estas nuevas propuestas? ¿Se tratará acaso que la enmienda relacionada con las Fuerzas Armadas esté causando un desajuste jamás imaginado luego de un feliz matrimonio de 8 años? Se trata, como algunas veces se ha dicho, de buscar un gato negro en un cuarto oscuro que no está allí.
En el Ecuador la situación es diferente a los procesos de Argentina y Venezuela y, por ende, el juego político de la carambola con los tres países no es posible. Sin embargo, en el país ubicado en la mitad del mundo algo ha sucedido con el proyecto de las “enmiendas”. Este fue aprobado en el primer debate, está por concluir el año que dispone la Constitución para empezar el segundo. En esas circunstancias, sorpresivamente surgen nuevas propuestas que contrarían el proyecto inicial aprobado por la Corte Constitucional; agréguese la particularidad de que las últimas propuestas, que eliminan la reelección indefinida, nace del propio gobierno y no de la oposición. Si no entiende lo que pasa busque ayuda médica.
En el terreno de las posibilidades, la Asamblea pudiera dar un golpe de independencia y no aprobar algunas de las importantes enmiendas; pero políticamente es imposible. Se trata de una colectividad que en muchos casos es parecida a un atado de rabos de paja muy cercanos a una fogata, donde cualquier movimiento es peligroso.
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